Juan Pérez Medina

Morelia, Michoacán, 28 de agosto del 2021

1. FACTOR UNO: LA SOBERBIA.

Dicen que andan varios exigiendo lo que no merecen (y esto último lo afirmo yo). Auguraron con desparpajo, sobrados de confianza, que nada tenía que hacer el adversario.

Dijeron que los que fundaron y construyeron este partido no eran necesarios. Argumentaron que, en 2018, éste tenía solo 3 millones y que el presidente había ganado con 30 millones. Los militantes no eran necesarios, ganarían sin ellos. Porque lo único que necesitaban eran la marca del partido no a sus moradores. Esos eran sólo un lastre que, cómo se lo escuché a alguien, “no saben ganar elecciones”. Por eso, los que toman las decisiones, se fueron a traer los candidatos de otra parte, de otros partidos.

Cosa rara en este organismo político, en donde los candidatos son de fuera y sus chalanes de casa. Y si quieren, porque la última definición fue que ni siquiera se requerían: estorbó pues resultaron ser en su nueva concepción.

En una reunión del coordinador estatal del partido (cuando lo llegó a ser), mencionó que estaban constituyendo una estructura tal en Morelia que aseguraría la victoria de manera holgada. Y, afirmó que la meta era de 300 mil votos. Olvidaba que, en 2018, había ganado el municipio con una diferencia de menos de 10 mil votos y gracias al arrastre del presidente. Luego dijo que esta estructura se replicaría en todos los distritos de la entidad. El triunfo estaba garantizado. El 6 de junio la estructura se vino abajo en Morelia y la mayoría de los distritos y la ilusión sorprendió a todos. Los excesos son siempre malos y, en estas lides, los de confianza son los peores. La sabiduría popular nos dice que la soberbia es mala consejera.