Por. Atilio Alberto Peralta Merino
albertoperalta1963@unparlamentaria

Puebla, Puebla, 16 de noviembre del 2021

Martín Orozco es un contador del Opus Dei que solía llevar las cuentas de los prostíbulos de Aguascalientes.
Ó
A la fecha, al unísono de que promueve la imagen pública de su novia, actual diputada a la legislatura local, se ha enfrascado en enfrentar políticamente a la otrora alcaldesa de la ciudad, María Teresa Jiménez, que se enseñorea adquiriendo en efectivo edificios ubicados en alguna de las principales arterias de la zona norte de la ciudad, caracterizada por su abultada plusvalía .

En tanto que los cuellos de botella que afronta la industria automotriz, la llamada Ciudad Nizán, vive de cerca el litigio internacional que se sigue de Tokyo y París a Beirut y Río por diferendos derivados de la fusión de la compañía nipona con la firma Renault; los cárteles de Sinaloa y de Jalisco se enseñorean en medio de la ecuatorial geografía de la entidad.

La Fuerza en plena desintegración y disipación de la otrora imparable «ola azul», esgrime a Aguascalientes como escudo imbatible, menos por su fuerza interna, hoy del todo atomizada, que por falta de una fuerza que le haga frente.

Me pregunto si acaso el desprendimiento de la senadora Martha Cecilia Márquez anuncie, acaso, el inicio en la conformación de tal fuerza.

Probablemente el próximo mes de junio podríamos escuchar la voz de Jorge Negrete entonando:

«Voy camino a Aguascalientes
a la feria de San Marcos
a ver lo que puedo hallar.

Traigo un gallo muy jugado
para echarlo de tapado
con algún apostador
y también traigo pistola
por si alguno busca bola
y me tilda de hablador.»