El éxito es muy incierto. Proclamas de don Juan de O’Donojú

Raúl Jiménez Lescas

Morelia,Michoacán, 6 de septiembre del 2022

Los Tratados de Córdoba y el Plan de Iguala para consumar la independencia de México. Sexta parte.

El clérigo Miguel Ramos Arizpe, mexicano en las cortes españolas, pudo ser un promotor de que don Juan de O’Donojú navegara a la Nueva España como capitán general y político para sustituir al virrey Apodaca. Lo señala la Real Academia de Historia. Con don Juan venía en el barco el general Antonio Valero Bernabé de Fajardo de la isla de Puerto Rico, pero formado en España y combatiente de la Guerra de Independencia contra los napoleónicos en 1808; con O’Donojú formó un binomio ideológico sin igual en la época que con otros integraron lo que entonces se conoció como “El Taller Sublime”, del que nos ocuparemos más tarde.

Ramos Arizpe (15 de febrero de 1775, Valle de San Nicolás de la Capellanía, Provincias Internas de Oriente, Nueva España – 28 de abril de 1843, Puebla de los Ángeles) en realidad se llamó José Miguel Rafael Nepomuceno Ramos de Arreola y Arizpe. Era un estudioso desde su infancia: en el Seminario de Monterrey fue ordenado sacerdote en 1803; cura del Real de Borbón; siguió estudiando en la Real Universidad de Guadalajara donde se doctoró en filosofía, cánones y leyes; docente del Seminario de Monterrey, aunque también le gustaba convivir con los campesinos.

En el año del señor de 1810 fue elegido diputado por Coahuila para las Cortes de Cádiz, España. Viajó al viejo mundo y, según los datos biográficos, destacó como legislador americano (1810-1814). Fue un liberal e independentista. Signó la primera constitución española, la Constitución de Cádiz de 1812, llamada La Pepa (por haber sido proclamada el día de San José). También fue víctima, como don Juan de O’Donojú, de la reacción absolutista (regreso al trono de Fernando VII y disolución de las Cortes). Detenido y sometido a juicio como tantos liberales gaditanos, estuvo prisionero en Madrid y luego en el monasterio cartujo de Porta Coeli en Bétera, cerca de Valencia. Las revueltas populares le dieron la libertad y estuvo en el llamado “Trienio Liberal” de 1820 a 1823. volvió a su México Independiente y destacó en el Constituyente que redactó la Constitución de 1824.

Monasterio cartujo de Porta Coeli, fundada por el dominico fray Andrés de Albalat, obispo de Valencia el 5 de septiembre de 1272

En enero de 1821, las noticias llegaron a Madrid sobre una nueva rebelión en su provincia denominada Nueva España. No eran los insurgentes herederos de Hidalgo y Morelos, sino los Trigarantes que provenían de las propias filas realistas, al mando de Agustín de Iturbide. Las Cortes españolas pretendían exportar a América, sus fórmulas liberales gaditanas: “… establecimiento de diputaciones, nombramiento de delegados del poder ejecutivo, jefes políticos de las provincias, etc. Tratando de buscar al hombre mejor capacitado para su ejecución, tanto el Ministerio como los componentes de la Asamblea, y en especial el mexicano Ramos Arizpe que lo conocía muy bien, apostaron por O’Donojú, que resultó elegido en medio de una abierta controversia.”.

A continuación el texto completo de O’Donojú, donde “informa sobre la incertidumbre de su situación”.

“Excelentísimo señor.
Tengo el honor de acompañar a vuestra excelencia seis ejemplares de cada uno de los papeles que he dado al público después de mi llegada, para que vuestra excelencia tenga la bondad de manifestarlos a Su Majestad con las siguientes reflexiones. El dirigido a la guarnición y habitantes de Veracruz, no tiene otro objeto que el de felicitarles por su triunfo, y darles las gracias en nombre de la nación y del rey por el brillante servicio que acaban de verificar. En el que hablo a los habitantes de Nueva España, quizás se encontrarán algunas ideas que necesitan de aclaración. Habiendo dicho ya a vuestra excelencia en mi carta fecha del 3, núm. 1, el estado en que he encontrado estos reinos, y en el que me hallo, me ha parecido conveniente usar de medios dulces y adaptables al espíritu que abunda en el país; aun así el éxito es muy incierto, y no me atrevo a anticipar ideas de lo que haré si encuentro docilidad, porque en tan difícil situación podrán ser tan varias las circunstancias que destruyesen todo plan y me veré precisado a obrar según ellos, arreglándome siempre a proporcionar las mayores ventajas a mi nación, en cuanto sean compatibles con los deseos de estos pueblos, que tienen fuerzas para sostenerlos y llevarlos a cabo, cuando yo carezco de ellas para contenerlos, al menos mientras resolviese el gobierno. Sírvase vuestra excelencia hacerlo todo presente a Su Majestad asegurándole de mi patriotismo y amor a su persona.
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.
Veracruz, 5 de agosto de 1821.
Excelentísimo señor. Juan O’Donojú.
Excelentísimo señor ministro de la Guerra.”.

Continuará.

Fuentes:
Antonio Valero de Bernabé y Pacheco. Biografía. Real Academía de Historia, recuperado de: https://dbe.rah.es/biografias/39118/antonio-valero-de-bernabe-y-pacheco

Juan O’Donojú y O’Ryan. Biografía. Madrid. Real Academía de Historia, recuperado de: https://dbe.rah.es/biografias/7120/juan-odonoju-y-oryan

Juan Ortiz Escamilla (Comp.) [Con la colaboración de David Carbajal López y Paulo César López Romero] Veracruz. La guerra por la Independencia de México 1821-1825. Antología de documentos. Comisión Estatal del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana.

Rodrigo Moreno Gutiérrez. La trigarancia. Fuerzas armadas en la consumación de la independencia. Nueva España, 1820-1821, recuperado de:
https://historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/trigarancia/04_04_Capitulo3_Desarrollo.pdf
_, Ortiz Escamilla, Juan (2010). El teatro de la Guerra: Veracruz 1750-1825. Publicacions de la Universitat Jaume I.


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