Alejandro Cea Olivares.
Ciudad de Mexico, 27babril del 2023
El 23 de abril la humanidad celebró el Día del Libro. Día que recuerda –ocurrieron en abril de 1616– los fallecimientos de Garcilaso de la Vega, Miguel de Cervantes y William Shakespeare. En este día se acostumbra decir maravillas: medio para la inteligencia, los valores, la cultura, el desarrollo humano, la convivencia etc.; pero se olvida que hoy somos mayoría los no lectores, los lejanos al libro y que, sin leer, dedicados a Netflix y demás, nos creemos sabios, conocedores, buenos, excelentes educadores y ciudadanos, simpáticos, inteligentes, etc. En verdad la gran mayoría no hemos necesitado al libro para sentirnos satisfechos de nuestras cualidades y las de nuestras familias.
De ahí que por mínima justicia debemos felicitarnos los que no leemos proclamando que a una semana del Día del Libro se celebre:
DÍA DEL NO LIBRO.
En el día del NO LIBRO se reconocerá, como adelante se demuestra, las cualidades de muchos grupos de la sociedad.
A los padres que han educado a sus hijos sin haber leído nada sobre desarrollo infantil ni haber encontrado en la literatura, historia o libros religiosos, modelos de vida para sus hijos; hoy el DÍA DEL NO LIBRO los felicita. Con este no leer, sus hijos no tienen horizontes de creatividad, de servicio, de grandeza. Están dedicados a las artes de ganar y pasarla bien; sin embargo, con el NO LIBRO, ustedes sus educadores, ni cuenta se han dado del mal que les causaron. No leer ayuda a no tener culpas.
A quienes “conocedores de la historia” afirman estupideces como que la conquista la hicieron los indios y la independencia los españoles; o que con la independencia México perdió la mitad del territorio o, que todos han sido una punta de ladrones, etc. este DIA DEL NO LIBRO les debe ser grato. Su no lectura los ayuda a sentirse ajenos a la historia: cero responsabilidades, y les da la oportunidad de hablar como si supieran. No leer nos da tema de plática.
En este día se festejarán a los niños y jóvenes que se sienten genios por apretar teclas y encontrar chistes o datos curiosos en su teléfono; pero que son incapaces de mantener su atención en un texto más allá de diez minutos y tienen, además, un lenguaje onomatopéyico. Su naciente falta de inteligencia será reconocida en el DÍA DEL NO LIBRO, pues les permitirá incluirse con ánimo en una sociedad hecha de golpes, ambiciones y hedonismo; mientras que la verdad, el amor, la belleza y, sobre todo el prójimo, no les preocuparán: serán felizmente inconscientes.
El no leer, no cabe la menor duda, ha comenzado a ser parte importante de la educación. Para quienes reenvían mensajes frívolos, superficiales y mal escritos con frases de algodón atribuidos al Papa Francisco, a Borges, a Cervantes, a Churchill, su no lectura les permite sentirse no sólo sabios sino hasta difusores de la sabiduría. En este DIA DEL NO LIBRO deberán estar satisfechos y felicitados por su ingenua incapacidad para distinguir las aberraciones de un texto y a su autor.
El no leer ayuda también a divulgar sin recato cualquier horror. A quienes a raíz de los líos de este mal gobierno braman: “Este es un pinche país” e insultan a todos, menos a ellos, sin haber leído un par de páginas sobre la historia, los actuales problemas, la economía o la cultura de México, se les invita a celebrar es DIA DEL NO LIBRO. Su no lectura les permite sentirse buenos y hasta víctimas, les ayuda a tener buena consciencia: de un pinche país se puede y hasta se debe sacar los dolaritos sin ninguna culpa.
No leer ayuda, pues, a descubrir hasta en lo peor la propia bondad.
En estos tiempos miles de politólogos de la red reenvían lo aparecido en los periódicos y están en diaria batallas; pero ninguno escribe algo por su cuenta. Tampoco hacen relación a algún texto sobre el tema de su preocupación. A ellos este DIA DEL NO LIBRO les será muy grato: festejarán su capacidad de reproducir sin saber y de pelearse sin comprometerse en nada por nadie.
Para quienes, y somos una gran mayoría, los que nunca leímos a nuestros clásicos y que por tanto desconocemos los horizontes de hazañas, posibilidades de vida, de servicio, de amistad, de pecado, de destrucción, de santidad, de belleza en el expresar, etc., que ofrece la lectura, en este DIA DEL NO LIBRO quizá se nos abra un huequito en nuestra alma y surja el deseo de tomar, solo por ver que se siente, un libro.
Es cierto que el no uso de la inteligencia nos permite sentirnos felices, contentos, seguros de nuestra propia bondad, gozando de la vida. Pero también es cierto que estamos llamados a algo más: santidad, belleza, verdad, bondad. Y ese más se adquiere, en algo, con ayuda de la lectura. De ahí que ojalá con el festejo del NO LIBRO algunos digan;
VAMOS A TOMAR UN LIBRO
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