ODIO ENTRE ESPAÑOLES

Se ha hablado largo y tendido de las dos Españas, como una división profunda, que parte al país en dos, pero no geográficamente, sino desde el corazón de la patria. Y, cualquier corazón dividido y enfrentado, es un corazón desgraciado, carcomido por la triste pasión del rencor y de los deseos de venganza.

Hay españoles con la conciencia de que, para ser aceptado y respetado, debes portar el carnet del partido político en el que ellos militan. Todavía existe una creencia arraigada, de que España debe ser uniforme y cortada al mismo rasero. No se perdona la disidencia ni la discrepancia en las ideas. Tampoco se perdona al que destaca y al que prospera. Parece como si tener bienes, fuera un pecado, y si alcanzas el éxito, se pone en duda tu talento.

Esta España tan llena de un odio contenido, que parecía justificado en tiempos aciagos de injusticia social, no la entiendo ni la comprendo en el ahora de uno de los miembros de la Unión Europea, ente supranacional de Estados muy exigente en materia democrática y de derechos humanos.

La que, otras veces, he calificado como la España del «simperdón», no es una nación viable, por mucha fortaleza que haya demostrado a sus propios embates. Creo que hay algunos que se quieren apropiar España, es decir, hacer de esta nación multigeográfica y multicultural, su propia finca y su propio corral, imponiendo su dictado tiránico y opresor, amparado en la excusa de que, el que no hace lo que yo ordeno y mando, está contra mí, y hay que ir a por él, en un país de idiosincrasia muy apasionada, donde las palabras altas y ofensivas, son muy capaces de inflamar la atmósfera.

Al respecto, decía el escritor y profesor, José Luis Sampedro, que «la gente no está loca, la gente está manipulada».

Así, pues, se recomendaría volver a la mentalidad de una España, donde lo español venga marcado por el Documento Nacional de Identidad, y por el Pasaporte, además de por el sentimiento de amor hacia esta tierra y sus gentes. Me parece a mí que, si continuamos politizando a la sociedad española, teniendo en cuenta la calidad tan baja de políticos que hemos demostrado, permanecerá un enfrentamiento muy peligroso para la subsistencia de la democracia, que todavía necesita madurar, y muy peligroso para la subsistencia de la paz, que siempre debería basarse en la justicia y en el amor fraternal.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,21 de mayo del 2023

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.


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