SM Rico
El volcán Popocatépetl es uno de los más activos y vigilados de México. Su nombre significa «montaña que humea» en náhuatl y se le conoce popularmente como «Don Goyo». Su altura es de 5,426 metros sobre el nivel del mar y se ubica entre los estados de Puebla, Morelos y el Estado de México. Está situado dentro de la Faja Volcánica Transmexicana, una región conocida por su actividad geológica.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) en México emite diferentes fases de alerta volcánica para el volcán Popocatépetl. Estas fases se utilizan para informar y advertir a la población sobre el nivel de actividad volcánica y los posibles riesgos asociados. A continuación, se describen las diferentes fases del semáforo de alerta volcánica del Popocatépetl:
1. Fase de vigilancia (color verde): En esta fase, el volcán presenta una actividad volcánica estable y se considera que no existe un peligro inmediato. Sin embargo, se mantiene una vigilancia constante sobre el volcán y se realizan monitoreos periódicos para detectar cualquier cambio en su comportamiento.
2. Fase de alerta (color amarillo): Cuando se alcanza esta fase, se observan cambios en la actividad volcánica que sugieren un aumento en el riesgo. Estos cambios pueden incluir un aumento en la sismicidad, emisiones de gases y cenizas, y cambios en la morfología del volcán. En esta etapa, se intensifican las acciones de monitoreo y se emiten recomendaciones específicas a la población cercana al volcán.
3. Fase de alerta volcánica temprana (color naranja): Esta fase indica que el volcán ha mostrado un incremento significativo en su actividad. Puede haber la presencia de explosiones moderadas, emisión de cenizas y fragmentos incandescentes, así como flujos de lodo y escombros. Se establecen medidas de seguridad más estrictas y se llevan a cabo evacuaciones preventivas en las áreas cercanas al volcán.
4. Fase de alerta volcánica alta (color rojo): Esta fase representa el máximo nivel de alerta. Indica que el volcán está experimentando una actividad eruptiva importante. Puede haber explosiones fuertes, emisión de grandes cantidades de cenizas, flujos piroclásticos y la posibilidad de lahares (flujos de lodo volcánico). En esta etapa, se implementan acciones de evacuación obligatorias para salvaguardar la vida de las personas.

Es importante destacar que estas fases pueden variar dependiendo de la situación y el nivel de riesgo en un momento dado. El CENAPRED es responsable de evaluar y comunicar cualquier cambio en la actividad volcánica del Popocatépetl para garantizar la seguridad de la población. Siempre es recomendable seguir las indicaciones y recomendaciones de las autoridades locales en caso de una erupción volcánica.
Actualmente, el semáforo se encuentra en amarillo fase 3, que significa que el volcán tiene una actividad eruptiva baja a intermedia y que puede haber explosiones leves a moderadas, lluvias de ceniza leves a moderadas y flujos piroclásticos y de lodo de corto alcance.
Pero ¿cuál sería el peor escenario si el Popocatépetl hace erupción? Según el Plan Operativo Popocatépetl del estado de Puebla, el escenario más catastrófico sería una erupción grande a muy grande, que produciría columnas eruptivas de más de 10 kilómetros de altura, explosiones que lanzarían fragmentos incandescentes a distancias mayores de 12 kilómetros, lluvias de ceniza intensas sobre poblaciones y ciudades cercanas y lejanas, flujos piroclásticos y lahares (flujos de lodo y escombros) que podrían alcanzar zonas habitadas a más de 60 kilómetros del cráter.
Asimismo, destrucción de bosques y vegetación cercanos, interrupción de las redes de transporte y comunicación, contaminación de fuentes de agua y ríos, cortes de energía e interrupciones en el suministro de agua, daños a carreteras, puentes y otras infraestructuras, así como efectos a largo plazo sobre las zonas afectadas durante su proceso de recuperación.
Este tipo de erupción se considera muy poco probable, ya que solo ha ocurrido dos veces en los últimos 40,000 años. Además, vendría precedida por numerosos eventos precursores, como un aumento significativo en la sismicidad, la deformación del volcán y la emisión de gases. Estos indicadores permitirían a las autoridades activar la alerta roja fase 2 y ordenar la evacuación preventiva de las poblaciones más vulnerables.
Sin embargo, no hay que bajar la guardia ante la actividad del Popocatépetl. Los expertos recomiendan estar atentos a la información oficial del Cenapred y seguir las recomendaciones de Protección Civil en caso de caída de ceniza o alguna otra contingencia. Asimismo, se debe evitar acercarse al volcán, ya que existe una zona de exclusión de 12 kilómetros alrededor del cráter.
El Popocatépetl es un volcán majestuoso y fascinante, pero también potencialmente peligroso. Por eso, es importante conocer sus riesgos y estar preparados para cualquier eventualidad.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.
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