Por Francisco José Audije Pacheco

¿Dónde vas España?. ¿A dónde te arrastran?
¿A dónde te estás dejando llevar?

Un día despertabas de tu pesadilla
Y proclamaste el “Libertad, Igualdad, Fraternidad”.
Hoy te vuelves a sumir en tu pesadilla,
Olvidando tus propósitos improvisados,
Y regresas a la tiranía del caciquismo
Y de los “Sepulcros blanqueados”.

España, la luminosa tierra de los toros,
Y de los toreros que los torturan en la plaza
En un extraño deleite público.
Lo que practicas en la fiesta, lo continúas después:
No sabes ser noble con tus rivales,
Y tras capotazos y banderillas,
Exhausto ya y medio desangrado,
Al que piensa distinto y busca la libertad
De una estocada al corazón lo haces doblar.

España, la de los soleados vinos,
Naranjales y limoneros;
La de aceitunas prensadas
Que producen aceites morenos curativos;
La del escapulario en el pecho
Y mujeres con mantilla y fieles lutos;
La del Cristo de la Buena Muerte,
La de la Virgen dagada en el corazón
Y el peso del pecado en los costaleros.
Aquella España que llora y se divierte,
Porque la matan sus mismos puñales,
Pero cantando desde lo más hondo.

Sí, España, me duele esta herida
De querer y no poder amarte.
Asesinaste mi pasión por ti, España,
El día que arrancaste de mis brazos
A la mujer manchega idolatrada,
Porque era bella como la Iberia que amaba.