Mi argentino preferido 56 años sin el Che 680 días, una hora con 30 minutos y 59 segundos del Che en México

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Aún no se le conocía como el Che.
¿Cuándo llegó Ernesto Guevara a México?

Por: Raúl Jiménez Lescas

Morelia,Michoacán,6 de octubre del 2023

No había nacido cuando Ernesto Guevara pisó suelo mexicano el 21 de septiembre de 1954. Llegó por Tapachula, proveniente de Guatemala (pero no para entrar a “Guatepeor”). México fue una “estación de paso” muy importante para el futuro comandante Che Guevara. De aquí salieron a liberar al verde caimán que tanto amaban (ver poema).
Fue refugiado político. Se casó con una exiliada peruana, Hilda Gadea y tuvo una hija. Fue fotógrafo. Escribió poemas y cartas. Trabajó un libro de medicina e hizo experimentos con gatos de la calle. Médico auxiliar en el Hospital Civil. Dió clases en la Facultad de Medicina. Fue “oyente” en la UNAM en una cátedra de Jesús Silva Herzog. Trotador de calles en la entonces CDMX. Reportero de los Juegos Panamericanos. Conoció a los cubanos Raúl y Fidel Castro. Subió el volcán Popo y casi llega al cráter. Charló con la esposa de Albizu Campos, Laurita, luchadores boricuas. Soñó con viajar a París, a China, a Polonia y la “Cortisona” (la Cortina de Hierro según el argot de la Guerra Fría), pero sólo llegó a Cuernavaca, Toluca, Michoacán, Tuxpan, Veracruz y Cuba, donde luchó con el Movimiento 26 de Julio.
Un día, el futuro Che fue al 1º de mayo de 1955 y su diagnóstico de la Revolución Mexicana fue contundente: “La Revolución Mexicana está muerta, estaba muerta hace rato y no nos habíamos dado cuenta […] El desfile de los trabajadores organizados parece un entierro […] Los une el presupuesto, la nómina del gobierno. Vámonos, viejo.” (Taibo, 1996, p. 94).
En México, el Che escribió a Fidel, un poema no muy bueno:
“Vámonos
ardiente profeta de la aurora
por recónditos senderos inalámbricos
a liberar el verde caimán que tanto amas.
Cuando suene el primer disparo y se despierte
en virginal asombro la manigua entera
allí, a tu lado, seremos combatientes,
nos tendrás.
Cuando tu voz derrame hacia los cuatro vientos
reforma agraria, justicia, pan, libertad,
allí, a tu lado, con idéntico acento,
nos tendrás.
Y cuando llegue el final de la jornada
la sanitaria operación contra el tirano,
allí, a tu lado, aguardando la postrera batalla,
nos tendrás…
Y si en nuestro camino se interpone el hierro,
pedimos un sudario de cubanas lágrimas
para que se cubran los guerrilleros huesos
en el tránsito de la historia americana. Nada más”.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.


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