Los caminos del espíritu, del alma, del atma son confusos y para muchos múltiples. Hay quienes dicen que todos los caminos llevan a Dios. Sin embargo, lo único que tengo es mi verdad y aquí la voy a exponer.
El mundo está lleno de seres buenos y de seres malos. Los buenos suelen ser ángeles, los no buenos demonios. No hay más. Sólo existe Dios y el abismo sin fin. Inclusive si uno se porta bien es poco probable que se escape de las garras de Dios. Uno acaba irremediablemente en el Cielo. No hay lugares alternativos para quienes desean hacer una vida fuera del Cielo y el Infierno. Quien pudiera decirle a uno que hay opción vive en una gran mentira.
Yo inicié mi camino espiritual siguiendo creencias de oriente, pero lo único que me he encontrado en 20 años de seguirlas con altas y bajas es que he padecido un camino de gran dolor e inseguridades. Finalmente tras largo deambular me he topado con la verdad de frente… ¡Sí! ¡Existe un Dios! Pero no es un dios cualquiera, es el Dios. El que todo lo puede y todo lo sabe. Es mucho peor que lo más avanzado de la inteligencia estadounidense. Es uno al que ni los más grandes intentos de Gran Bretaña por descubrir qué es y de dónde viene han logrado develar.
Lo que es cierto es que cuando uno tiene fe en él, en muchos casos, debe de iniciar un camino largo para encontrarlo en todo su esplendor. A veces, contra lo que muchos plantearían, es un camino doloroso… Encontrar a Dios en ocasiones puede conducirte a tu peor pesadilla. Una de la cual ni él está dispuesto a liberarte y sino se empeña uno en buscarle puede acabarse peor que como se empezó.
En parte por eso mi rebeldía, mi queja, mi petición de poder ser libre. En una realidad donde él es el maestro y amo, sólo él puede ofrecer alguna opción. Lo malo es que no la da. En el momento en que uno se aleja de él viene o la parquedad de ser ateo, donde uno se hace tonto bajo la bandera de que la ciencia lo explica todo, o viene la densidad de la energía pesada, conformada por demonios, de la que uno viene saliendo, como aviso de que o sigues lo que Dios dice y te va a ir pesado.
Y Dios se disgusta por cuestionarle… Sí es intolerante a veces. Exige y aunque lo haga por buena disposición, al final no va a dar opción para que uno pueda desarrollar su futuro. Es una condena a la eternidad: Una eternidad con Dios y si no te place, pues buena suerte. Como dicen los hindúes “Dios está jugando con él mismo”. Es decir, somos peones en su juego. Si nos da la oportunidad de pensar y tomar decisiones propias es más una falacia que una realidad. Entonces ¿estás con Dios o con el demonio? Y si sé que existen y quiero una tercera opción, la de la libertad fuera de esos dos. Es bueno soñar, pero sólo somos peones de alguien… me pregunto si eso realmente será amor.
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