ESPAÑA, Y EL CAMINO DEL SIMPERDÓN

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Sir Winston Churchill, simpatizante de España, como muchos otros británicos, a pesar de la rivalidad histórica entre ambas naciones, decía de los españoles que «son vengativos y el odio les envenena, gente orgullosa que no pasa por alto un insulto». Asimismo, el rey Amadeo de Saboya, que vino a España traído por el General Prim, y que venía cargado de buenas intenciones, a pesar de que encontró un enorme rechazo en la sociedad española, reconocía: «Si fueran extranjeros los enemigos de España, sería el primero en combatirlos, pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la nación, son españoles».

Las anteriores palabras, parecen ser refrendadas, por el hecho de que España es una de las naciones en el mundo, abonadas a los enfrentamientos armados fratricidas. Hasta tres Guerras Civiles, de hondo calado, se han librado en nuestra tierra: «La Guerra de Sucesión, de la Casa Real de los Austrias, a la Casa Real de los Borbones; Las Guerras Carlistas, entre el Viejo Régimen feudal, y el Nuevo Régimen liberal; La Guerra Civil, entre Republicanos y Nacionales (1936-1939). En este sentido, destacados intelectuales españoles, han hablado de «la España cainita».

Si analizamos el panorama actual español, nos seguimos encontrando con una situación complicada, en cuanto al enorme riesgo de disgregación que existe, merced a los nacionalismos de tan fuerte arraigo en regiones como País Vasco, Cataluña o Galicia, que también cuentan con áreas de influencia alrededor de dichas regiones, como pueden ser Navarra, Valencia, Baleares…

Ante el panorama español de tanto resentimiento entre los propios ciudadanos de este país, uno se pregunta, también motivado por la experiencia en primera persona, si es que estamos decididos los españoles a no abandonar nunca el camino del simperdón, es decir, el camino de nunca ser capaces de vivir nuestra vida, dejar que la vivan los demás, y pedir disculpas humildemente, asumiendo nuestros errores, si alguna falta hemos podido cometer.

Este camino del reconocimiento de nuestras culpas, de ir por la vida tratando de no pisar a nadie, o de dejar de hacerlo, si es que estamos pisando a alguien, es el camino del control de nuestro carácter pasional, y mezquinamente apasionado, es el camino del perdón y la reconciliación entre hermanos. Porque, si de verdad amamos España, nos merece la pena dejar de ver en los demás al Rojo, al Facha, a la Casta… para mirarnos de una manera tierna y humana, reconociéndonos como hijos de una misma patria, que se deben solidaridad, respeto, apoyo, y, sí, el cariño del que valora en el otro a la persona y a la tierra de donde procede.

Que las envidias, se transformen en admiración sana y ejemplo a seguir; que los odios se racionalicen, y se transformen en comportamientos más cuerdos y sosegados. Que los españoles nos reconozcamos la dignidad de personas y de seres humanos, que nos debemos como compatriotas, porque es la única manera de convivir colaborativamente, y arrimando el hombro uno con otro.

Déjenme que les diga una cosa: España solo es viable, desde el perdón, la disculpa, y el borrón y cuenta nueva. El camino del simperdón, es el camino del fracaso y de la desaparición de este país.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,28 de noviembre del 2023
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.


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