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La presencia de España en el Continente americano, desde que Cristóbal Colón tocara tierra en la actual República Dominicana, es susceptible de levantar pasiones enfrentadas, desde los más firmes detractores, hasta los de mayor entusiasmo y orgullo. No toca ahora el análisis de este hecho, que podría ser fuente de inmensos debates y ríos de tinta.

A lo hecho, pecho, en expresión coloquial llena de verdad, puesto que la Historia es imposible de modificar, y nos toca a las generaciones que han seguido y que seguirán, apechugar con las consecuencias que generó aquel encuentro de culturas, también con sus desencuentros, nada agradables, lo asumimos.

Pero esto que labraron nuestros ancestros, es la herencia que hemos recibido, y debemos tratarla y gestionarla de la mejor manera posible, ya que, en múltiples aspectos, dicho legado es una riqueza formidable para América y para España, que, si la explotamos comunmente, puede darnos frutos abundantes en ambas orillas.

Lo primero que veo como ventaja incuestionable, es la unidad linguística entre las naciones latinoamericanas e iberoamérica. Hablar el mismo lenguaje, nos debería acercar cada vez más, en lugar de establecer barreras, siempre estúpidas ante circunstancias semejantes. Que la cultura española pueda entenderse en América, y la cultura americana se entienda en España, resulta una muy gozosa experiencia, que nos hace crecer en alianza, y hasta como una sola fuerza. Desde aquí animo a las instituciones de todas las naciones hispanas y latinas, a fomentar los lazos culturales tan felizmente comunes que existen, gracias a siglos de convivencia entre americanos y españoles.

Por otro lado, la coincidencia histórica que nos relacionó durante siglos, ha establecido una confianza internacional e interpopular, facilitadora de reencuentros entre ciudadanos de ambos mundos. Yo mismo fui testigo durante la década de 1970, de una serie de convenios de apoyo español a naciones hispanoamericanas, dentro de los cuales mi padre, como experto en regadíos agrícolas, fue enviado a la República del Ecuador en calidad de asesor, junto con un equipo completo de ingenieros en misión de apoyo a proyectos de progreso.

Actualmente, puedo constatar igualmente, la presencia en España de una importante afluencia de emigrantes procedentes de latinoamérica. En otros momentos de la historia, también los españoles encontraron refugio en los países de procedencia de estos emigrantes latinos en España. Una vez más, se han establecido trasvases muy interesantes y atractivos entre las orillas tan distantes de América y de España. Distantes en kilómetros, pero muy cerquita en el corazón, deseando la fusión de esta alma y de esta sangre, para que dejemos de justificar rivalidades, y nos sintamos lo que durante siglos fuimos: hermanos bajo un mismo sino, aunque los colores de nuestras enseñas sean distintos.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,1 de diciembre del 2023

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