Escucha el artículo.

Tiempo de lectura 2 minutos.

En 610 llegó con sus naves a Constantinopla y derrocó al incompetente emperador Focas.

Su mandato fue uno de enfrentamientos con ávaros, árabes y persas, saliendo triunfante y poniendo fin a 800 años de guerras con los últimos.

Perdió Egipto, el granero del imperio de occidente, ante los árabes musulmanes. Nunca más Constantinopla volvería a reinar el Levante Mediterráneo.

Estuvo a la cabeza de sus ejércitos en las batallas, algo que no hacían los emperadores romanos desde hacía siglos.

Muy creyente de Dios, logró grandes éxitos y sus reformas consiguieron la estabilidad que lograría la supervivencia del imperio durante ocho siglos más.

Heraclio

Por Luis Mac Gregor Arroyo
Foto de Seyma D en pexels.