LA IZQUIERDA GENUINA EN ESPAÑA

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Es cierto que, en mis últimas publicaciones, soy bastante crítico con el actual Gobierno español, constituido por una coalición de partidos de izquierda, que lideran los socialistas españoles, con el presidente Pedro Sánchez a la cabeza. Mis críticas son debidas y justificadas, porque soy de la opinión de que la actual izquierda en el poder, no está realizando una política sensata propia de la izquierda, sino una estafa y un fraude a la democracia, con la cual se había comprometido desde los tiempos de la Transición, y que ahora se ha embarcado en un proceso de traición, creo que por razones de permanecer en un poder, erróneamente puesto en las manos de un personaje con claras intenciones totalitarias y de promoción personal, muy lejos de la abnegación, y del mirar por los intereses de todos los españoles, que sería propio de la política democrática.

Pero existe, y ha existido, una izquierda genuina, de verdad, auténtica, con la que yo me alineo, y la cual tiene mi apoyo. Políticos como Manuela Carmena, o Inés Sabanés, que demostraron sensatez en un Gobierno efectivo, que demostraron que se puede hacer una política de izquierdas, para beneficio de la generalidad, yendo con buena fe e intenciones de favorecer a la comunidad, sin favoritismos ni marginaciones. Políticos como Julio Anguita o Gerardo Iglesias, que demostraron amor verdadero por España, porque renunciaron a privilegios, para demostrar que se puede ser honrado y honesto en política, y que se puede pertenecer al Partido Comunista, pero sin perder el sentido común y la condescendencia. Todos estos que he nombrado, eran y son de la izquierda genuina española, aquella que abrazó la democracia, reconociendo que todos somos españoles, aunque pensemos distinto, sin constituirse en divinidades, pero sin renunciar a la lucha ni a la verdad en la que creían, exenta de soberbia y de engreimiento.

Sindicalistas clásicos, como Nicolás Redondo, o Marcelino Camacho, que siempre defendieron con tremenda honestidad, honradez, y valentía, a los obreros y trabajadores españoles. Que nunca perdieron el Norte, aunque lo perdieran los políticos que decían liderar a la izquierda falazmente, como luego se ha demostrado, porque se dedicaron a robar y a violar derechos, y, también, a indultar a sus amiguetes tras realizar desfalcos e incentivar el crimen, en escándalos gravísimos como el GAL, FILESA, ERE, y un largo etc.

Siempre recordaré con enorme simpatía y emoción, aquel discurso de Marcelino Camacho, en el que arengaba a los trabajadores, con su famoso: «Ni nos han domesticado, ni nos domesticarán». Así es como debe ser, y gritando con el puño en alto, porque es señal de lucha por la justicia que clama el obrero honrado.

FRAN AUDIJE
Madrid,España,25 de diciembre del 2023
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.


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