ANTONIO BARCELÓ

Hoy quisiera llamar la atención sobre una de las grandes figuras españolas del siglo XVIII, el genial marino y héroe, Antonio Barceló.

Hace muchos años que tengo noticia de los grandes méritos de este mallorquín ilustre, merced a mi interés por el mundo de la Ilustración y del Romanticismo, y he leído unas cuantas cosas sobre él, pero os invito a todos a que os fijéis en la biografía que viene sobre su figura en la Wikipedia, ya que es algo accesible desde Internet.

Fue Barceló un hombre sencillo, un humilde pescador de Mallorca, en principio. Ni él mismo sospechaba sus enormes dotes como militar, hasta que un buen día su pequeño barco pesquero fue atacado por unos piratas argelinos, los cuales, en aquel entonces, tenían aterrorizado a todo el mediterráneo, incluyendo a grandes Ejércitos, como el español o el maltés. Pero el ingenio dormido de Barceló, se puso en marcha, y aquellos piratas fueron puestos en jaque, por meterse dónde no debían, y los que pudieron salvarse, tuvieron que dar gracias a Alá, y, de todas formas, aprendieron, por primera vez, que les había surgido un escollo importante a su negocio canalla e ilegal en el Mare Nostrum.

Este tipo de encuentros con los temidos piratas, en los que Barceló demostró sucesivamente su enorme valor y valentía, dieron fama al humilde pescador, que llegó a oídos del rey de España. Desde entonces, nuestro pequeño gran hombre, fue puesto al servicio de la Real Armada, y comprobada su innata genialidad como marino y como militar, las expediciones encomendadas, fueron siendo de mayor importancia, y su ascenso en el escalafón militar, cada vez más alto, puesto que Barceló no falló ni una sola vez, dejando el pabellón de España, siempre en lo alto del mástil de los barcos piratas.

Ocasiones hubo en que los mandos veían la batalla perdida, y, a la desesperada, delegaban en Barceló las acciones de combate, consiguiendo este dar un vuelco a la situación de las comprometidas tropas españolas, que, finalmente, o conseguían la victoria, o salían mejor paradas de lo que todo parecía preveer.

Fue Barceló, incluso, improvisado ingeniero militar, aun sin estudios de ninguna clase: inventó las conocidas como «Cañoneras», que eran, sencillamente, pequeñas barcas a las que se les añadía un cañón. La enorme maniobrabilidad de estos artilugios, fue de una efectividad enorme en combates como el asedio a Gibraltar.

Sin embargo, a pesar de todos los servicios prestados a España, murió Antonio Barceló, bajo la amargura de las murmuraciones y sospechas de sus propios compañeros, que nunca le perdonaron realmente, que gozara siempre con más favor del Rey que ellos, pues consideraban que sin estudios ni abolengo social, nunca mereció haber llegado donde llegó. Si echamos un vistazo a la historia de España, el caso de grandes genios, ninguneados y perseguidos por los propios españoles, empleando todo tipo de excusas, es una constante, y creo que deberíamos reflexionar sobre ello.

FRAN AUDIJE

Madrid,España,25 de marzo del 2024
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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