El enojo


Por Leticia López Pérez

Hay que cuidar al enojo
Abrazarlo y mimarlo
Darle una taza de chocolate y
Amorosamente, preguntarle
Por qué ha llegado
Qué necesita
De qué quiere hablar

Y dejarlo que se exprese
Con todas sus consecuencias
Mirándole a los ojos
Para que también sepa
Que su estallido sólo puede
Vivir unos instantes
Y que luego ha de volver a su casa

Dentro del corazón
Cuidando al alma.

Sí recibe esa atención,
No lastimará a nadie
Porque se sabrá escuchado.
Y hará lo que se espera de él
Proteger


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