Educado en la corte imperial, sobresalió por su maestría en la poesía y la oratoria; pero fue aún más destacado por sus artes militares.

En el año 70 d. C. tomó la ciudad de Jerusalén, destruyendo el templo de Salomón y dando muerte, supuestamente, a un millón de personas.

Fue calificado de “malvado” por los historiadores judíos mientras que fue adorado por los romanos por sus populares medidas legislativas.

Al regresar a Roma llegó con un botín de lo saqueado en Jerusalén que incluyó el Pentatéutico; es decir, los cinco rollos cuya escritura se le atribuye a Moisés.

Murió, en la misma finca que su padre, por intoxicación, tras tener un breve reinado como emperador que duraría sólo dos años.

Tito

Por Luis Mac Gregor Arroyo

Fotografía de ArtHouse Studio en Pexels.