Eledubina Becerril Rodríguez. Autora. Colaboradora y poeta de UP. REDES fue publicado en el número 34 de UP, el 15 julio de 2020.
Santa María Nativitas, Calimaya, Estado de México 4 de octubre del 2024
Quisieron desatarse furiosas y rebeldes
hacia el camino luminoso
de entretejidas fieles redes, desde su origen en el brillo de los ojos,
recorrieron fríamente miles de pieles
convirtiendo en la sedosa cortina:
esa oculta obscuridad en las paredes,
un sonido vibrando en la garganta
metamorfoseado en el movimiento indeclinable,
aprisionado en los dedos
de una mano :
un sonido, una línea,
entrelazados en telar de caracteres,
subiendo paso a paso en la escala
de la voz hasta el pensamiento,
inmune red convertida en dialectos,
en la marea de extrañas sutilezas
que agobian su inviolabilidad;
hasta que artesanas de su imagen,
presas de la esencia neutra para si,
envolvente en el perfume
que destilan mimetizadas: rompen con su espejo a la verdad
que no desean traicionar,
se erigen entonces :
narcisos
volubles de interminable identidad,
rota la anterior, quebrada
por su propio veneno silencioso:
se dibujan en el tiempo,
en la idea primitiva del hombre,
en la obsesión circular de los templos,
ocasionan enigmas irreales,
atacan con su Imperio entero
las pretensiones de la inactividad
neuronal,
del vicio disfrazado
de bestial elevación hacia la zona
de perfecta congruencia,
lentas luminosidad es de escasa
pertenencia
y menos permanencia,
saltan del brillo de la locura
hasta la insensatez de lo cuerdo,
llevando a cuentagotas avalancha
de oscuridades pretenciosas,
modificando a las visiones,
cambiando los enigmas del pasado
y las quietas angustias del futuro,
en la masa abstracta que permea
en el conocimiento exacto
de los momentos divididos, absortos,
un caudal agradecido de sustancias,
rima, verbo y magnetismo lírico
que abraza con sus ramas
el cuerpo sensible que a los libros
consagra su presencia voluntaria,
encadenada a lo escrito.
rima, verbo y magnetismo lírico
que abraza con sus ramas
el cuerpo sensible que a los libros
consagra su presencia voluntaria,
encadenada a lo escrito.
Escondidas en papiros antiguos,
agradables prendas supuestas
en el trámite engorroso
de la traducción imposible,
multiplicidad de significados
corriendo en direcciones diversas,
caudal de huecos donde resuenan
junto a la desesperación
de una imparable ignorancia,
borroneadas siluetas
carentes de sombra,
saltando a la vista de quien
camina a ciegas,
equilibrista
que peligra en el vacío.
Clandestinas vagan en conceptos
de imagen visible, distribuyendo
sin palabras la telaraña
de caminos intrincados,
confusas rutas de híbrido
polvo,
laberinto de casualidades,
que conducen al azar,
que en regiones despobladas
intentan en la probabilidad
dar giros y giros en el silencio,
hasta saber que se desvía
la atención del punto determinado,
al proseguir el camino
de la comunidad banal :
como un espíritu errante,
en la eternidad de su recorrido,
ha pasado la vista
del éxtasis hasta el delirio,
para observar el origen,
el vuelo, la cifra indescifrable
de la que han surgido hecatombes
y catástrofes desde donde
se ve con asombro
el lento paso de las voces :
fraseando, orando, parafraseando…
incluyendo en su interior
la lógica que transita
el mar desierto en su temor,
como volcán de destino ciego
atormenta su lluvia de razones
que intenta admitir,
antes de impedir su acelerado ritmo
inyectado de pasión impetuosa
en la espera del porvenir,
que rebasa los límites de imaginación,
desenredando su estructura tosca
de estéril pasividad,
toca con su solitaria magia
el hechizo de las rebeldía;
en misión apasionada que inconforme
no contempla más,
se desencadena en un instante
las grietas de una muerte prematura,
cobra altura en un grito ensordecedor,
desangra su dolor al dar paso
a su ascensión a la EXCELSITUD.
Escrito el 30 de Noviembre de 1996 y publicado el domingo 05 de Enero de 1997 en el suplemento cultural «TOLOCAN EN LA CULTURA» del diario 8 Columnas. Toluca, Estado de México. México.

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