Autora. Colaboradora y poeta de UP. REDES fue publicado en el número 35 de UP, el 17 julio de 2020.
Santa María Nativitas, Calimaya, Estado de México 5 de octubre del 2024
Prolongándose aferrado a la preñez,
ni desangrándose deja de ser,
ni dejando de ser se desangra,
más allá del reflejo de la imagen,
hiere a la luz desde su tiempo,
con su movimiento embrionario
digitaliza su presencia,
pone término a la red que lo concibe
en el instante que trama
el camino para comenzar una nueva,
le matiza con inciertos colores
apoderándose de la simple
complejidad,
en su conflicto
agota un esfuerzo que lo redime,
lo esteriliza aún en la fertilidad,
borra la huella del silencio
al nombrarlo,
sigue acomodando
siluetas para crear su sombra,
ornamenta su intimidad
hasta exteriorizar su esencia;
la interrogante eterna surca
su melancólica nostalgia:
Qué signo cabalistico tendrá hoy?
Qué hermético símbolo descifrara?
Para encontrarse al final?
gesticula ahogándose en la voz,
es movimiento en cada instante
hasta que insensible lo niega;
recoge las herencias
y enlaza versando a las alegorías
que se le quedaron ajenas,
precisas en su transparencia,
Oh! pergamino neuronal
que conoce el origen
de los conceptos que se aferran
a la tradición milenaria
de las estancias en su itinerario.
Habita las letras oscuras
que a cada palabra llenan de luz,
saltando inquietas en la pretensión
de llenar en el vacío un nombre:
esa musicalidad que revuelve
contra si mismas a las venas,
monumental gota flexibilizando
sus articulaciones minerales,
su reptilesco retroceder en los deseos
hasta que encuentra su camino
en línea directa hacia la roca
y ahí su escritura arcaica
conservada desde su concepción genética,
desmoronada lentamente;
ceniza en la cadena
del polvo de los días.
De la inaccesibilidad al abandono:
oniromancia insomne quizá aún más real
que la profecía fragmentada
cicatrizando dentro de la herida
cristalizada en hielo,
complejo entrelazamiento
que rige con su oscuro diamante
a las demás abstracciones,
las constela, las aparta y
ceñidas
las muestra con un perfil perfecto
aunque en algún sitio de la eternidad
comienza su movimiento de engranaje
con cuerpo de crucigrama.
Enigma de sal, resbalando
en este cuerpo, segundo a segundo,
cuando escucha en la profundidad
sideral inalcanzable su propio latido,
un inesperado terror le impide asir
con libertad su sonido
que gira soñando aquí y allá,
como un grano de arena cayendo
más allá de su propio peso,
en agua, luz y polvo descompuesto…
Y cuando parece que al fin
entre sus manos emitirá el eco
soñado tantas veces,
Oh!
gira una vez más
y esta vez su sonido más quedo
en otra hondura lejana hablará
como un hueco que cansado
de su soledad
suspira elevándose
por encima del don de su silencio;
estrecho pregonar envuelto en la tela
de la oscuridad de las paredes,
REDES ancestrales de hilos finisimos
que ocultan en su apariencia
la fortaleza suprema que invisible
podría derribar sin acercarse siquiera,
pasando desapercibido
a la velocidad de la luz.
Escrito el 26 de Enero de 1997, publicado el día domingo 16 de Marzo de 1997 en el suplemento cultural «Tolocan en la cultura» , del periódico 8 COLUMNAS, TOLUCA, Estado de México. México.

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