Ciudad de México, 24 de noviembre de 2024
Somos una organización que está a punto de cumplir sus 60 años de vida. A lo largo de ese
tiempo hemos luchado por que los presupuestos y las condiciones para el desarrollo de la
labor cultural —y específicamente los derechos al trabajo digno de los escritores— sean parte de las agendas de debate nacional. Desde una visión de avanzada, consideramos que invertir
en el sector implica hacer de la cultura un elemento central de las políticas hacia la mejora de
las condiciones de vida.
Este enfoque es el único medio para garantizar que dichos esfuerzos se centren en el ser humano y sean inclusivos y equitativos.
El abandono del fortalecimiento del sector cultural con la reducción presupuestaria que se
proyecta para el actual Presupuesto de Egresos de la Federación 2025, así como la falta de un
presupuesto amplio y suficiente para el desarrollo en todos sus ámbitos y niveles (fomento,
desarrollo, industria creativa, libertad de asociación, diversidad cultural, investigación,
rescate, patrimonio e infraestructura), no solo nos amenaza con la pauperización de este
sector, sino que también señala un alejamiento de los sentidos y significaciones que se gestan desde el campo cultural, lo cual no está en consonancia con una idea de crecimiento
democrático y plural del país.
Sabemos que no se puede reducir la función de la cultura a un simple “adorno” o a una
herramienta para la “atracción turística”, sino que se trata de un bien colectivo para la
expresión de los deseos e inquietudes en el imaginario de los pueblos.
Si bien la producción
cultural tampoco puede, ni debe ser producida exclusivamente por el Estado, es importante
promover opciones para sus diferentes expresiones y nomenclaturas, con lo cual se incremente el apoyo a sus creadores en el país. Y, justamente, un gobierno emanado de la voluntad popular y las distintas luchas de las izquierdas mexicanas debería priorizar la inversión en el sector. Por ello es necesario para nosotros asegurar garantías mínimas, como
el derecho a la expresión, a la libre imprenta, al trabajo o a la seguridad social.
Ante esta situación, no solo nos parece deseable sino del todo realizable que, de manera paulatina, se aumente la inversión destinada al sector cultural dentro del presupuesto federal, hasta alcanzar al menos el 2% del PIB nacional. Esto puede justificarse cabalmente con base en la última Cuenta Satélite de la Cultura 2023 del INEGI, que reconoce que este sector aporta
en promedio el 2.9% al PIB.
Asimismo, es esencial asumir las responsabilidades y compromisos firmados
internacionalmente, y garantizar los derechos culturales establecidos en la Constitución. Esto
debe incluir la creación de marcos normativos que protejan y fomenten el ejercicio pleno de
las expresiones culturales, así como el acceso universal a sus servicios.
Por último, proponemos la creación de un auténtico Sistema de Creadores que contemple un
padrón de expresiones artísticas diversas, quienes puedan ser sujetos de protección tanto en
el ámbito de los derechos de autor y la propiedad intelectual, como en el acceso a la seguridad
social y a programas culturales. Este sistema debe garantizar la inclusión sin ningún tipo de
discriminación, ya sea por ideología, raza, género u otras razones.
Agradecemos su atención a la presente misiva.
Atte.
Asociación de Escritores de México, A.C.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa
Video relacionado con el texto.
Aquí la conferencia de hoy. https://www.facebook.com/share/v/1AUs8oBNpP/?mibextid=WC7FNe
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