Por: Alberto Peralta Merino

Ciudad de Puebla, Puebla, 9 de diciembre del 2024

La Universidad Nacional Autónoma de México acaba de publicar los resultados de la formidable investigación de Verónica Volkow relativa a la cúpula de la Catedral de Puebla adornada con la obra pictórica de Cristóbal de Villalpando, uno de los pintores más portentosos de la época colonial mexicana.

El haber desentrañado que en la introspección mística de “Las Moradas del Alma” de Santa Teresa de Ávila se encuentra el motivo de la obra pictórica en cuestión, revolucionará la historia de la Ciudad de Puebla ante la inminencia de los jubileos correspondientes al medio milenio de su fundación, y asimismo revolucionará a historia del Arte en México, e incluso la historia misma del período virreinal.

La Santa de Ávila, cuyo deceso se verificó en dos fechas a saber, el 3 de octubre de 1582 en el calendario juliano y el 15 de agosto del mismo año en el calendario gregoriano cuya vigencia se decretó precisamente para dicho día; recurre en su introspección, con la que se erige en figura fulgurante de la “mística española” a la herencia de la erótica árabe, emblematizada por Ibn Arabín; camino de introspección en el que, por otra parte, Calderón de la Barca se permite una terrorífica y sublime expresión en “La Cueva de San Patricio” , sin olvidar, claro está, el pasaje de los “círculos del infierno” que Dante recorre guiado por el poeta Virgilio.

La Orden Carmelita por su parte, constituye una parte fundamental aun cuando poco observada de la historia de la Ciudad de Puebla, como se deriva de las capillas a Santa Isabel de Hungría, a la propia Santa Teresa y a San Juan de la Cruz que forman parte del templo del Convento del Carmen entre cuyas reliquias, según la crónica de Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, parte de los tejidos corporales del Santo de Yepes.

Me honra la amistad con una persona dotada de tan enorme bagaje cultural como es Verónica, no obstante, no es dicha amistad la que me constriñe a realizar la inminente lectura de su reciente libro y a tratar, en la medida de mi modesta cultura de diletante aficionado a reseñarlo, sino el enorme valor de la aportación realizada por una estudiosa de su talla.

Durante el año que concluye, tuve el enorme placer de leer otro de sus recientes libros, “El celestino del diablo”, en la que, a manera de diálogo teatral, y recreando a perfecta cabalidad el lenguaje del denominado “siglo de oro” español, aun cuando con marcado acento novohispano, refiere el sórdido mundo del acoso sexual en los ámbitos administrativos y específicamente académicos del país, un asunto, que, despojado del acento picaresco que puede revestir ocasionalmente como un caso aislado y relativamente consentido, como práctica de poder institucional se conforma como un enorme entramado de violencia e incluso de incidencia en prácticas criminales de enorme relevancia.

La publicación reciente de la UNAM se enmarca curiosamente en la celebración del centenario de la facultad de filosofía, cuyo precedente es la Escuela de Altos Estudios fundada por don Antonio Caso, hecho que me hizo recordar a mi abuela platicando sobre las remembranzas de su hermano Ángel Yrigoyen, relativas a las lecciones del maestro, por lo que me permití meses atrás , sugerir tanto a la propia Verónica somo a su directora Teresa Rodríguez Van Gort, no circunscribir la celebración de manera estricta al centenario.

El actual regalo navideño que nos ofrece la Universidad Nacional con la publicación de “La Reinvensión del Cosmos”, me permite sugerir ahora que su presentación pueda ser una de las actividades de clausura de celebración de tal vital y formidable celebración.
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