(ELEDUBINA BECERRIL RODRIGUEZ, Filósofa y artista multidisciplinaria mexicana.)

Hundido hasta el rincón de los olvidos,
camuflajeado en la mirada.
Presiona el deleite de lo bebido
y en una paz que ingiere lo que bailaba.
La tabla perspicaz evitando la inundación,
el gusto amaderado de la edad fugaz,
lectura discursiva en diapasón,
el esmalte furtivo evaporado como el gas.
Hiedras gigantes cubriendo el sol,
rocas tapiando un polígono terregoso,
el arcoiris musicalizado en mi bemol,
notación musical de disfrute ostentoso.
Para estar en tráctil vertical,
un soplo cuantioso,
que mueve su son vertebral,
genial, armonioso.
Reditual antes que residual.
Tráctil fantasmal,
repetición de la grana,
despiadada que agrega o que quita sin esperar.