HELGA DE ALVEAR, Y DE CÁCERES

Madrid, España, 30 de enero del 2025

Me acabo de enterar de la muerte de una gran amante del arte, que no era artista, pero que trabajó apasionadamente por el crecimiento y la difusión de esta faceta humana, a veces no bien comprendida, pero sin la que es mucho más difícil entender las entrañas humanas y sociales.

Helga de Alvear, de origen alemán, casada con un compatriota español de Córdoba, se animó a establecer el museo de su impresionante colección contemporánea de arte, nada menos que en la marginada Extremadura, y, dentro de nuestra maltratada tierra, en la muy noble y señorial ciudad de Cáceres, faro lúcido del Oeste español, donde se asienta uno de los conjuntos monumentales del medievo, más importantes de Europa.

Desconozco porqué razón la gran mecenas, Dña Helga, se enamoró de nuestra querida tierra extremeña, y en concreto, del egregio enclave cacereño, pero, supongo que, si conoció el microclima extremeño, con su sol permanente en el cielo azul y claro, con su temperatura suave casi todo el año, sus campos y ciudades, tan cuajados de flores, como de alegría, y de una historia tan bien conservada en sus monumentos, muy sobrios, pero, al tiempo, muy bien avenidos y conjuntados, la conclusión se justifica por sí misma.

Gracias a la colección privada más importante de Europa, la de esta simpática y generosa mujer, a la que ahora homenajeamos, con un nudo en la gargante de pena y de emoción, Cáceres es hoy un lugar de referencia, no solo turística, sino también cultural.

Cuando hace unos años visité su flamante museo cacereño, quedé impresionado por el continente de sus magníficas obras, que es otra obra de arte más, añadida con sumo gusto y funcionalidad, por el arquitecto Emilio Tuñón, otro monumento arquitectónico de referencia en nuestro querido Cáceres, gracias al empeño personal de Dña Helga, en que saliera adelante este magnífico proyecto de arte contemporáneo.

Para los cacereños y para esta tierra, tan poco estratégica para algunos con poder, solo dedicar palabras de cariño y de suma gratitud, hacia la mujer, toda una señora adoptada por nuestros corazones verdes, blancos, y negros, que nos ha legado su trabajo y su esfuerzo de toda una vida.

FRAN AUDIJE

Fotografía Facebook. Fundación Helga de Alvear

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


Descubre más desde REVISTA UNIDAD PARLAMENTARIA

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario