MÁRMOL (Registrado)


Francisco José Audije Pacheco

Mirando a los cielos, limpios,
Como mi corazón, que brilla sin rencor,
En esta noche primaveral de estrellas,
Veo con claridad la luna, y muy cerca
De la luna y las estrellas, quedas tú,
Con tu recuerdo, estela de aire y de luz,
Que me envuelve, me llena de energía,
Cual rayo en tormenta perfecta.

Pasaste por mi vida como torbellino,
Como un hechizo de amor ausente,
Sumamente placentero, y el dolor…

Mientras yo escribía mis versos,
Sangre derramada por tu amor,
Tú, presa y cautiva de otros brazos,
No sé si también de otro corazón,
Te alejabas de mí, te ibas diluyendo,
Fantasma pululando por mi alma,
Crucificada, tomada de hiel amarga.

Te has convertido en estatua,
Monumento marmoleo,
Perfectamente cincelado, bello,
Pero frío y pétreo, tan lejano,
Como estrellas, como la luna,
Que siguen ahí arriba, tanto,
Que fue imposible alcanzarlas…

¿Habrá fenecido tu hermosura?
¿Vuela aún tu sonrisa?
¿Tus besos, por quién suspiran?
¿Y tu vientre, es acogedor?
¿Eres, todavía, carne y fuego?
¿Persistes en ser cual entonces,
O fuiste transformada
Por manipulaciones y tiempo?

Mas, el Cielo, limpio, te conserva,
Lleno de tu recuerdo, de estrella,
Del sabor de tus labios,
Del calor de un abrazo,
Porque fuiste mía, antes de todo.


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