ELEGÍA A JOSÉ MARÍA PACHECO GIL


Por Francisco José Audije Pacheco

Foto: Album familiar

Tuviste a la libertad como aliada,
Y, cuando nadie estudiaba idiomas,
Aprendiste el Inglés a escondidas,
Bajo el magisterio de una mujer
Con la que intercambiabas cartas,
Y a la que besaste un día.

En la Embajada americana examinaron,
A escondidas, tus conocimientos en medicina,
Y las lecciones de tus maestros
Te llevaron en volandas a Houston,
Al centro universitario más avanzado
En investigación cancerígena.

La libertad nunca te abandonó,
Como no te abandonaría nunca
El afecto de tu familia,
Que siempre te tuvo enorme estima,
Aún lejos del hogar que fundaste
En los Estados Unidos de América.

Tu gran pasión, tus pacientes,
Todos enfermos de gravedad,
Como, preocupado, reconocías.
Tu otro gran amor fue la España
Que un día dejaste atrás,
Pero que nunca olvidarías,
Pues tu corazón, español fue y sería.

Como hombre libre, católico,
Desposado en matrimonio
Con una dulce hija de América,
Disteis al mundo dos vástagos,
Nuestros queridos primos José y Domingo,
Extensión de tu familia extremeña
Más allá del Atlántico, en unas tierras
Hermanas, que nuestros ancestros,
En los días del Renacimiento,
Alumbraron a la libertad y al amor,
De las que fuiste beneficiario y benefactor.

La libertad y el amor
Que tu trabajo de medicina
Desplegó benignamente,
Con el brillo del genio,
Y la responsabilidad de un médico,
De un gran médico,
Entregado apasionadamente.


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