Periodista de toda la vida, fundador y redactor durante varios años del que ha sido, para muchos, el mejor periódico de México, “El Siglo Diecinueve”, Juan Bautista Morales falleció el 29 de julio de 1856, mientras desempeñaba el cargo de ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. “El primer funcionario en el orden de nuestra magistratura -escribió Francisco Zarco en “El Siglo…”-, muere sin heredar á su numerosa familia más que el legado de su fama y el de su gloria”. Y es que “este hombre que como profesor hubiera hecho su fortuna en cualquier otro país -dice Zarco-; que como escritor pudo traficar con su pluma; que como magistrado pudo acumular fortunas en épocas de corrupción, vivió siempre pobre, pero contento; en la miseria, pero gozando de la tranquilidad de una consciencia sin mancha.” Profesor de Jurisprudencia en el Colegio de San Ildefonso, de donde era egresado, publicó cotidianamente entre 1842 y 1844 una columna titulada ‘El Gallo Pitagórico’, en la cual su pseudónimo, ‘Erasmo Luján’, refería sus conversaciones con un gallo parlante que había adquirido en un corral de La Viga y que decía ser la reencarnación de Pitágoras… “Se hizo popular con su Gallo Pitagórico -dice Zarco- sacrificando tal vez algo de su misma fama; (pues) acomodó su estilo á las inteligencias más medianas, porque, según decía, escribía para el pueblo, y nunca expresó sino sus más íntimas convicciones.” Y es que “siendo como era -según confirma Guillermo Prieto- sapientísimo, su conversación era la de un hombre vulgar, afectísimo a las chanzas”, carácter que lo volvió entrañable, por lo cual, según leemos en “México a través de los siglos”: “Al conocerse de la muerte del ilustre repúblico corrieron varios rumores sobre habérsele exigido en la hora suprema una retractación de sus ideas liberales sostenidas en sus escritos… La cosa llegó al extremo de que el gobierno pidiese á la viuda de Morales un informe circunstanciado sobre la realidad de los sucesos, y en efecto, de tal informe apareció que el doctor Silvestre Cano presentó al señor Morales un escrito en que se retractaba… negándose el moribundo a suscribir tal documento”. La muerte de Juan Bautista Morales ciertamente alcanzó la tribuna del Congreso Constituyente y, durante la discusión del art. 15, el diputado José Antonio Gamboa, aseguró: “Todo México sabe ya lo acaecido con el señor Juan Bautista Morales: se ensayó que una retractación de ese hombre, que había atacado los fueros de una manera victoriosa; de ese hombre sabio, virtuoso y excesivamente religioso, sería un arma poderosa en los momentos en que tratamos de estas materias; se creyó que era un poderoso argumento para levantar al pueblo. Pero ese hombre virtuoso, ese buen padre de familia, respondió lo que debía responder: ‘Yo he escrito y he dicho lo que mi conciencia me dictaba’”.
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