EL CUERVO Y LA MARIPOSA

Érase una vez un planeta donde reinaba la primavera, donde la vida era un renacer continuo y constante. Los animales practicaban el cortejo, y formaban colonias numerosas de congéneres, sin parar de hacer el amor unos con otros.

Los vegetales de este planeta, florecían sin parar, aportando un colorido panorama, que exhalaba olorosas fragancias de deseo y de dicha.

La destrucción y la corrupción de la naturaleza, eran inconcebibles, porque nada ni nadie se oponía al reinado del placer, de la dicha, y del monarca Luz, la princesa lluvia, y la madre tierra. Todo era fertilidad y vida, alegría, gozo, alimento, celebraciones, cantares, bailes, y el regocijo de la cópula y de los orgasmos, los corazones rebosantes de alegría, y la muerte como algo desconocido, como una incógnita legendaria.

Danzaban las mariposas de un lado para otro, aprovechando las corrientes de aire, entre rayos luminosos de los astros celestiales azulados, cuando un remolino de polen arrastró a una de estas mariposas danzantes, dando de bruces contra algo muy duro y frío.

La mariposa alegre, tornose gris, porque fue arrojada al suelo, debido al duro golpe. Trataba de reponerse en el suelo, y de estirar de nuevo sus alas, para alcanzar la libertad, y encontrose bajo la mirada de un ser extraño, que le transmitió unas sensaciones inquietantes.

Veía unas patas largas, que acababan en unas plumas negras, con una cabeza que sostenía un pico de pájaro bastante fuerte, y dos ojos oscuros, sin fondo ni verdad que trasluciera.

El pajarraco se mantuvo firme, mirando a la mariposa accidentada. En un momento dado, trató de picarla con su enorme y portentoso pico, pero, la mariposa, alarmada, batió sus alas como pudo, para escapar del monstruoso pájaro:

-Ha llegado tu hora, mariposa, no intentes escapar, se acerca el mal tiempo…

-¿De dónde vienes, pájaro de mal agüero?. Desconocía que pudiera existir el mal tiempo, en el país de la primavera

-Vengo del planeta de la muerte y el exterminio, allí suelo devorar los restos de la primavera finiquitada. Me encantan las mariposas…

-Desconocemos completamente la muerte, en este lado del universo. Tú debes provenir del planeta Tierra, del que nos han contado cosas horrorosas, pero como aquí vivimos de amarnos, nunca fuimos capaces de comprender que unos seres mataran a otros, o los esclavizaran. Solo conocemos el amor, y la procreación, en esta eterna primavera

-Se acerca el mal tiempo, mariposa, el tiempo borrascoso. Los bosques arderán, se pudrirá la vegetación, el tiempo de la fiesta y del amor se acaban. Muchos como yo van a venir, porque habrá alimento descompuesto para los carroñeros de nuestra especie

La mariposa, asustada por estas palabras del pajarraco, consiguió huir volando por encima de los matorrales, hacia la luz, de nuevo. Muy afectada se encontraba, sin embargo, y fue a parar a la flor de una rosa amarilla, cuyo color le brindó renovados ánimos. Volvieron el resto de las mariposas a por su congénere, y la envolvieron de alegría, y de cópulas constantes

La mariposa reina, se colocó delante de la mariposita que fue maltratada, y le dijo con palabras de bondad:

-La muerte no existe en nuestro código de vida, porque vivimos para vivir, y solo muere quien no cree en la vida, y solo existe para matar y destruir.

FRAN AUDIJE
Cáceres, España, 2 de julio del 2025
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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