Su padre visitó a Kublai Kan en Xanadú trayendo una tablilla de oro de regreso y una carta de recomendación donde se le pedía al papa que mandara 100 sabios a conocer al emperador mongol.

Acompañó a su padre en su viaje de retorno para ver al emperador mongol, para ello decidieron ir por tierra en vez de por mar atravesando desiertos y países musulmanes.

Se cree que fueron enviados a China desempeñando cargos oficiales otorgados a ellos por Kublai Kan y posiblemente también fueron consejeros militares.

Cuando Kublai Kan tenía cerca de 80 años lo convencieron el y sus familiares con el de que los dejara ir a Persia acompañando a una princesa mongol que se casaría allí, aprovechando para regresar a Venecia donde estaba su familia.

Al participar en la guerra entre Venecia y Génova cayó preso y otro prisionero, Rustichello, plasmó sobre papel todas la aventuras que aquel le narrara de lo que recordaba.

Marco Polo

Por Luis Mac Gregor Arroyo

Fotografía de Julia Volk en Pexels.