VALORES HISPÁNICOS AMENAZADOS

Cuando voto en las urnas electorales de mi país, lo hago con la esperanza de que, entre todos mis compatriotas, elevemos al poder a otros compatriotas, que se comporten como tales, lejos de traicionar a la patria mediante saqueos de nuestros derechos, conquistados con sangre, sudor, y lágrimas; además de provocar desfalcos en los recursos aportados por todos los españoles.

Lo que todos queremos, sin temor a equivocarme, es que haya trabajo para nuestros hijos, que las personas con talento se puedan promocionar, que exista una mínima prosperidad, de modo que nuestros proyectos se puedan realizar, que la Justicia funcione con efectividad, cumpliendo sus funciones, que la Sanidad y la Enseñanza se despoliticen, para que sirvan a su misión de curar a los enfermos con humanidad, y educar a los jóvenes en la honradez, el respeto, la honestidad, el sacrificio…

España, hace demasiado tiempo, que vive una situación de precariedad generalizada, en la que nada funciona de manera óptima, hablando «a grosso modo», porque reina la corrupción, y una muy exigua solidaridad por parte de nuestros políticos, muchos de ellos empeñados en acaparar el poder a toda costa, con crímenes a sus espaldas, y millones de compatriotas pasando malos ratos, porque ellos no cumplen con sus deberes.

Prometer un mundo maravilloso, o establecer ayudas públicas puntuales y pasajeras, no va a sacarnos de las dificultades a nadie, porque las limosnas son pan para hoy, y hambre para mañana.

España necesita un proyecto que nos vuelva a ilusionar a todos, que nos aglutine y nos involucre a todos, lejos de los rencores, las rencillas, o las nostalgias de pasados inoperativos. La marginación de unos compatriotas con respecto a otros, se debe terminar. Las venganzas y las ojerizas sociales, políticas, o relacionadas con la memoria histórica, deberían pasar al ostracismo, en lugar de condenar al ostracismo a nuestros valores y a nuestros talentos.

España somos todos, sin que nadie se quede atrás, por ninguna razón que no tenga que ver con su libre voluntad. En una ocasión, el invasor, Napoleón Bonaparte, escribió: «Los españoles todos se comportaron como un solo hombre de honor». Esto que describe con honestidad y amargura el enemigo de España, es la mejor receta para el éxito: la unidad de la nación. Unidad contrastada, mediante la que se consiguió vencer al enemigo más poderoso.

FRAN AUDIJE
Gandía (Valencia), España 6 de agosto del 2025

Ilustración: Archivo:Museo de Historia de Madrid-19409-Muerte de Daoiz y defensa del Parque de Monteleón.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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