Me entero de la noticia de la muerte de uno de mis más admirados cantantes, el extremeño, Pablo Guerrero, uno de aquellos poetas en el inicio de la década de 1970, que decidieron, con enorme maestría, ponerle música a sus versos, de manera que consiguieron una mayor difusión de las ideas en ellos plasmadas.

Fueron los años de «El pozo del tío Raimundo», y otros arrabales de Madrid, donde los necesarios emigrantes que empezaban a sobrar en los cada vez más mecanizados campos españoles, acudían en masa a la gran Capital española, para cubrir las plazas que ofertaba el iniciático sector servicios.

Madrid, por entonces, era pillada por sorpresa, podríamos decir, ante esta acometida de la emigración, que todavía no podía ser alojada con la dignidad merecida por cualquier persona.

Los cantautores, como Pablo Guerrero, y otros de aquel tiempo, actuaron como una conciencia necesaria de que los cambios debían formularse con un producto de prosperidad para todos, y nunca nadie quedara en un injusto olvido u ostracismo, cual iba siendo patente en aquel desmedido maltrato a los más humildes.

No fue en vano esta lucha, mediante las protestas en el grito poético de los cantautores de aquellos años, que conmovieron a la sociedad, y consiguieron remover la voluntad política, de cara a la dignificación de una urbe madrileña, que fue adaptando su capacidad habitacional para todos los españoles que llegaban en busca de un nuevo porvenir.

La década de 1980, tomó el relevo de estos héroes poéticos, en los hijos de aquellos emigrantes de los arrabales madrileños, ya con otro acomodo habitacional, pero que continuaron inconformes con la realidad social que vivían, fruto de lo cual nació la «Movida madrileña», impulsada por uno de los reformistas de la Transición a la democracia, Enrique Tierno Galván, en funciones de Alcalde de aquel Madrid rebelde, clamando libertades prometidas sobre el papel, pero que seguían sin hacerse realmente efectivas.

Una doble década de finales del siglo XX, marcada por el inconformismo y la lucha, a través del arte literario y musical. Cabe preguntarse en estos nuevos tiempos, qué fue de aquella juventud levantisca con sobrada causa. ¿Dónde ha ido a parar el legado de los padres de la nueva juventud?.

FRAN AUDIJE

Fotografía Juan Luis Guedejo.
Madrid,España, 30 de septiembre del 2025
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