ECCE HOMO

¿Una casa?

¡Es tan simple, querida construir una casa!

La sombra de la copa de un árbol, es una casa, por ejemplo.

¡Descubranse, que se cae la casa de la esquina, la del cruce 
de la Briceño Méndez con Arzobispo Méndez, en la Ciudad de Barinas!, pero antes de irse al suelo por completo, pasará por la catedral a confesarse, a contarle en sacramento solemne al santo Bartolomé de las Casas todos los pecados cometidos. Penitencia larga. Ella, la casa, necesita aliviar las penas del prolongado abandono. La indolencia, ese ha sido su máximo castigo y su maldición.

Una casa muerta, además de ser una derrota, representa la decadencia social y económica de un país,
simboliza el fracaso de un modelo y la derrota de sus habitantes frente al olvido y la desolación.

Recuperar una casa a punto de morir es como si las cosas se ordenaran de nuevo, y en el sol instantáneo que ilumina el derrumbe; cuando eso sucede vuelve a nacer en el fondo de nosotros la vida.

Si la casa se cae, se arruina la humanidad.

Isrrael Sotillo
     
Barinas,Venezuela, 20 de. 
   noviembre de 2025.


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