ELEDUBINA BECERRIL RODRÍGUEZ

La clarísima visita de tu mirada,
a las posibles especies existentes,
que se desarrollan en
aire, tierra, mar y agua,
incitan mi mente al movimiento.
Para no descansar,
en medio de imágenes visibles
y no visibles,
porque llegan a mi
como visiones desgarradas.
Tú nos traes
la abundancia mineral,
recorriendo las venas impalpables
del agua.
O el sesgueo intransitable
de la clorofila vegetal.
Tú nos traes
el manuscrito viviente,
en las garras de los animales.
Tú nos traes
la potencia que se levanta
cada mañana a discernir
a través de la inteligencia.
Tú nos traes los elementos
que harán explotar la razón.
Tú nos traes la orquestación
de un ‘todo’, en conjunción.
Yo
solo traigo mis ganas,
de permanecer en el Universo,
para conocer más.
La creación
de la simplicidad,
humo en las manos,
caricia suave en el cristal
de tu silencio.
Maremágnum
en búsqueda de :
la «Terra Australis Incognita».
Sitios prolongados
en una prisión,
estallando al calor
de la nada.
Tú nos traes
el soplo vital
que mide conexiones
en esta vastedad del tiempo.
Tú nos traes
olas del mar
y corolas superficiales de luz,
previendo cada momento
de la oscuridad.
Tú nos traes
todo lo que debemos conocer.
Tú nos traes
más allá del sueño,
más allá de la vida,
el retorno
de la insondable abundancia.
Después del vacío
maremágnum
dispersándose hasta
límites inaccesibles.
Tú nos traes
la musicalidad
y la bendición.