Por Luis Mac Gregor Arroyo

Fotografía de LegalDan en pixabay.com

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El Uamazo: Institución con un sistema de aprendizaje innovador por módulos. Lo preparan a uno para conocer el origen de la realidad informando sobre las diferentes tendencias espirituales de la realidad. Como diciendo: “Selecciona la tuya porque el viaje va a estar tremendo”. Al paso del tiempo el estudiante se percata de la gran verdad mostrada en ello. Los pocos que no tienen bando acaban por ser objetos raros en defensa de la verdad que se ven en el ostracismo, por cometer un gran pecado: “querer estudiar y aprender”. Aquí se vale de todo menos eso. Todos juegan a la escuelita y así se llega al momento culminante de la titulación. Donde todo habla menos el criterio de la imparcialidad a la hora de calificar. Se vale que profesores se liguen estudiantes descaradamente. Que lo irracional le gane a la razón. Que el deber es venda a lo absurdo. Que lo absurdo de no participar y vivir en el vació total se vuelva la norma, y así esos adultos jóvenes salgan al campo laboral. Muchas veces también viciado para hacer de este país un lugar con grandes huecos, y cada vez menos luces. El comensal ni siquiera consideró pensar algo al ver al Uamazo pasar.