Por Luis Mac Gregor Arroyo 

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La Güera que Da: Ahí va caminando, con una muleta, casi perfecta. Aún así uno suspira al verla. Sonríe tan plena. Si no la conociera uno diría que es una chica ordinaria… y lo es. Pero en la intimidad es hermosamente creativa para algunos y para otros algo muy extremo, cuestión de gustos. El comensal la ve: “Da tristeza… bueno, nunca la he tratado en persona. Aunque da la impresión de que es muy agradable”. Muchas veces uno se la imagina como alguien sofisticada, cuando no lo es. En su trabajo es sumamente profesional; pero en su vida es como cualquier persona. Va al supermercado y de seguro sale a pasear al perro. La veo y no la imagino como en sus películas, sino como una mujer normal. Me pregunto a cuantos y cuantas que la ven de manera ordinaria, ella pudiera considerarlas así. A veces me imagino estar con ella en su mundo de obscuridad o de realidad suave: como a muchas otras, yo la admiro ¿Por qué no imaginarse con alguien similar a quien uno, con suerte, pudiera hacer soñar? Que la vida en el campo le haga reflorecer