En un juego de béisbol (por cierto, el favorito del presidente López Obrador), el pícher suele lanzar a contentillo, buscando siempre el mejor objetivo. Algunos lanzamientos suelen sorprender al adversario. En una bola ensalivada, por ejemplo, esta tiene un comportamiento impredecible y puede derivar en consecuencias desastrosas para el bateador.
Como en las grandes ligas, el bateo de la 4T parece estar mejor que nunca. Y es que la bola desequilibrada del legislador Mauricio Toledo ha sido respondida de forma contundente, derivando además en varios mensajes para propios y extraños.
El legislador capitalino se sumó a las filas del PT justo en el momento en el que estaba en disputa la presidencia de la mesa directiva en San Lázaro y este partido buscaba dirigir la cámara en agosto del año pasado. Su llegada, no exenta de polémicas, pretendía untar vaselina a una pelota dirigida hacia los equilibrios que la 4T construyó para la gobernabilidad legislativa, queriendo así, cambiar la correlación de pesos.
Derivado de ello, es que el primer mensaje del bateo morenista con el desafuero del legislador es hacia el PT. La construcción de mayorías legislativas a costa de sacrificar principios y de gestar impunidad, es impensable entonces en el nuevo régimen.
Toledo Gutiérrez fue delegado en Coyoacán por el PRD y se le acusa de enriquecimiento ilícito cuando estuvo como funcionario en esta demarcación. Su suma a un partido afín a la 4T desató la ira y los cuestionamientos de la jefa de gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, y del entonces coordinador morenista en San Lázaro, Alfonso Ramírez Cuéllar.
Para este grupo de militantes de MORENA, el desafuero del experredista podría significar un triunfo simbólico de cara al 2024 y una advertencia a quienes quieran jugar sucio en la carrera por candidaturas al interior de la 4T. El golpeteo que protagonizó Toledo y sus seguidores en contra de la mandataria de la Ciudad de México durante su campaña ya ha tenido un ajuste de cuentas.
El juicio de procedencia en contra del exdelegado capitalino llegó justo después de que el presidente López Obrador pidió en una mañanera a los gobernadores electos “no ser tapadera” de sus predecesores. Y es que los triunfos contundentes de MORENA en la mayoría de los estados de la república pudieron haber sido el pretexto para otras bolas ensalivadas provenientes del viejo régimen.
En Michoacán, el gobernador electo Alfredo Ramírez Bedolla ha ofrecido que no suscribirá ningún pacto de impunidad. Su bateo, en ese sentido, parece fino y como buen fundador de MORENA, demostrará tener buen ojo para cantar una bola ensalivada antes de que llegue al bat de su gobierno.
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