Héctor Tenorio

Buenavista, Tomatlán, 1 de marzo del 2022

Primero fue el verbo y después la poesía. Para Luis Alberto Angulo existe una “lucha con la palabra, que expulsa al poeta del Paraíso, y que es la misma que establece la humanidad”, afirma.

Él nos envuelve hasta atraparnos en su atmósfera, en su cosmos y en los otros cielos que lo protegen y al mismo tiempo lo vuelven vulnerable.

El poeta Luis Alberto Angulo nos invita a una reflexión intima de su vida, de su poesía, de su todo. Su obra se nutre de “la palabra y el silencio, del amor, de la libertad y soledad”, deja de manifiesto en su libro.

Es un viaje por sus lecturas, por sus libros anteriores , Fractal (2003), De norte a sur (1999), Antípodas (1994) y Antología de la casa sola (1979), solo por citar algunos.

Para él, al poema no se le puede ocultar nada, tarde o temprano surgirá por más que se oculte: “La mentira de tu vida estará en ellos”, escribe. Toca los puntos geográficos de si mismo y del mundo: del límite entre los sueños y la realidad, del “espacio ilimitado de la mente”, del horizonte que “apenas es una pequeña curva”, de la escritura, de la inmortalidad.

Sin duda pertenece a la generación “Del tiempo que me queda”. En el poema SOBRE PIEDRA, queda plasmado de forma sublime cuando dice, “estoy dentro de ti de la misma forma que millones de seres han estado en mí”.

Poesía que refleja la profundidad de quien ha vivido 100, 200 años, quien puede saber la verdadera amplitud del tiempo. El poeta nunca ha dejado de conversar con la gente y solo ha aspirado a oírlos entre sus versos.

Finalmente “hablando se hace escritura”, llega afirmar en su libro. Sin embargo, Luis Alberto no se pone en un plano superior, y considera que su labor es igual de valiosa que la de “los agricultores que piensan en el terreno que deben preparar y antes de arar la tierra. Los ejecutantes de algún instrumento musical que deben estudiar las obras de otros músicos. Incluso los carniceros que tienen que afilar sus cuchillos y conocen cada corte de la carne. Al igual que todos ellos, el poeta se enfrenta a la palabra”,aclara.

Su libro adquiere un carácter de legado cuyo destinatario lo decide el azar al igual que el mar lo hace con la botella que lleva un mensaje y que ha sido lanzada Momento antes por el náufrago.