Entonces la maestra entró a la sala de juntas antes de que llegara la directora y le dijo a la de artes: una niña me dio una flor asegurando que yo preferiría la flor en lugar de la tarea, no la había hecho.

-Y qué hiciste -preguntó la interlocutora.

-La puse a hacer la tarea -respondió.

-Yo hubiera preferido la flor que la tarea:

Para que esa niña te llevara una flor tuvo que apreciar el campo o la jardinera, asombrarse con los colores y formas de las flores, decidir cuál te gustaría más, cortarla, cuidarla, traerla, dártela, ser rebelde.
Tu rechazaste el asombro, la apreciación, observación, decisión, cuidados, atención, delicadeza, rebeldía y cariño de una niña; por una simple tarea…

Eduardo Pineda