Por Leticia López Pérez

Era viernes 24 de marzo, y los stands, los escenarios, las carpas, las sillas, estaban ya listas. El clímax de los trabajos preparativos había tenido lugar el jueves anterior, cuando todo ese esfuerzo hermanaba al equipo, a los invitados, a las editoriales que montaban su decoración particular. Y ese viernes habían dado inicio a las once de la mañana las actividades, con sonrisas, con sol, con esperanza.
Y así llegó la hora de inaugurar. Puedo decir, al mirar lo dicho entonces, y lo dicho el dos de abril a las 7:00 de la noche, que lo esperado sucedió, y hubo más crecimiento de lo que todos, asistentes y organizadores, esperábamos. Voy por partes.
Ese viernes 24 de marzo, asistieron a la inauguración Giovanni Gutiérrez, alcalde de Coyoacán y su esposa; Gabriela Maldonado Herrera, subdirectora de control y seguimiento de cultura; Gerardo Valenzuela Nava, fundador y director de la Feria Internacional del Libro de Coyoacán; Obdulio Ávila Mayo, director general de gobierno y asuntos jurídicos; Wilfred Mohr, embajador de los Países Bajos en México; Alejandro Vázquez Zúñiga, director del Instituto Cultural de Aguascalientes; José Luis Vázquez Martínez, presidente municipal de Zacatlán de las Manzanas; María Isabel Ramos Delgado, gobernadora de las etnias y pueblos indígenas de Chiapas; Bob Schalkwijk, fotógrafo neerlandés, radicado en Coyoacán; escritores y directores generales de la alcaldía de Coyoacán.
El domingo 2 de abril, en cambio, asistieron a un evento más relajado, en el escenario de una sala, como en casa después de haber compartido una intensa semana, Hilda Trujillo, directora general de cultura de Coyoacán; Fernanda Cuéllar, representante editorial del Instituto de Cultura de Aguascalientes; Gerardo Valenzuela Nava director de la FILCO; Juan Carlos Rulfo, cineasta y documentalista; María Luisa León Portilla; Columba Vértiz, reportera de cultura de la revista Proceso; y el director de operaciones de la FILCO, Óscar.
Cuando reflexiono las palabras iniciales y las finales, aunque se parecen, tienen una carga diferente, pues Gerardo Valenzuela dijo al iniciar, que la literatura y la cultura son la evidencia del paso del hombre sobre el planeta, y que es trascendental contribuir a la creación y difusión de la misma, a través de la lectura para impactar en la sociedad, especialmente con niños y jóvenes, y agregó que era un honor contar con los invitados de esta edición de la Feria, tanto los Países Bajos, como Aguascalientes, y los pueblos y barrios originarios de Coyoacán.
Y al clausurar la Feria, reconoció que el ambiente de Coyoacán brinda una paz que se ha perdido en la Ciudad de México, y recordó al restaurante El Coyote Flaco, que diera servicio en la antigua casa de Francisco Sosa, donde los jóvenes se reunían a escribir, y en el mismo lugar podía estar Carlos Fuentes, y citó a las personalidades que vivieron en esta alcaldía, como Dolres del Río, el Indio Fernández, Diego Rivera y Frida Kahlo, Salvador Novo, o Juan Rulfo.
En esta segunda ocasión, Gerardo Valenzuela reiteró la importancia de los invitados con los que contó la FILCO, especialmente a los pueblos y barrios originarios de Coyoacán, y compartió que la FILCO tiene la intención de darlos a conocer a nivel nacional e internacional, y agregó que las expectativas de esta segunda edición de la Feria, fueron más que sobrepasadas, al comparar la venta de 30,000 ejemplares en la edición anterior, con más de 60,000 libros vendidos en esta segunda edición, además de haber recibido el comentario de que este evento, con sus actividades culturales gratuitas, parecía un mini Cervantino.
Sin embargo, la clausura vio el inicio de la participación del director de la Feria Internacional del Libro de Coyoacán, con la noticia del fallecimiento de Raúl Padilla López, ex rector de la Universidad de Guadalajara, y presidente de la Feria Internacional del Libro Guadalajara, a quien se le dedicó un minuto de aplausos.
Al finalizar su intervención, invitó al staff de la FILCO, a subir al escenario para reconocer sus talentos no sólo abajo, sino también arriba del escenario, y para quienes pidió aplausos por su labor, que permite al proyecto seguir creciendo, siendo ahora posible además, que el Pueblo de La Candelaria viaje a Zacatlán de las Manzanas, a participar en la Feria del Libro de dicha entidad en año próximo.
También anunció que en un mes dará conocimiento del país invitado para la próxima Feria, y los siguientes eventos, ya que pretende que sea una feria itinerante.
Por su parte, durante la inauguración Alejandro Vázquez Zúñiga, director del Instituto Cultural de Aguascalientes, agradeció la invitación, y compartió que por un tiempo, Aguascalientes fue capital de la República, ya que ahí pasaban tres ramales de las rutas de ferrocarril. Además destacó que se presentarían las editoriales independientes del estado, y algunos autores que publicaron sus libros con sus propios medios en coordinación con el Instituto de Cultura.
Al llegar la Clausura, Fernanda Cuéllar, representante editorial del Instituto Cultural Aguascalientes, compartió las experiencias vividas con artistas hidrocálidos, como Gabriela Bernal, el Trio Gaia Ópera, Jimena Inch, y Emmanuel Chopi Cisneros.
Respecto a las editoriales independientes, Fernanda Cuéllar mencionó a la editorial Eximia, Pietro Jus, Kaos, y Eximia, además de las autopublicaciones, permitieron una oferta de 157 títulos cuya venta alcanzó los 600 ejemplares, varios de ellos agotados, resurtidos, y agotados nuevamente, por lo que la representación de Aguascalientes en la FILCO quedó muy agradecida y deseosa de participar en más ediciones de la Feria, la cual consideró una de las más importantes del país.
Durante la inauguración hablaron el presidente municipal de Zacatlán de las Manzanas, José Luis Ibáñez Martínez, quien destacó que se apoya la manifestación cultural de su demarcación, para que las mujeres artesanas tengan un mayor ingreso por la elaboración de sus obras; de la gobernadora de los pueblos y etnias indígenas de Chiapas, María Isabel Ramos, quien reconoció la labor de Gerardo Valenzuela al incluir a los pueblos originarios de Coyoacán en el programa cultural que ofreció; de la presencia de Obdulio Ávila, director general de gobierno y asuntos jurídicos de Coyoacán, quien destacó la importancia de la cultura en la vida de la demarcación, ya que se destaca como el corazón de la vida cultural de la Ciudad de México: Giovanni Gutiérrez, alcalde de Coyoacán, quien recordó que Coyoacán cumple 500 años de haber sido fundado como el primer ayuntamiento de estas tierras, y llamó museo a la demarcación por albergar tantos recintos culturales históricos, editoriales, autores y pensadores. También se le dio un reconocimiento al embajador de Países Bajos en México, Wilfred Mohr, que consistía en la reproducción del primer libro impreso en estas tierras, por Cornelio Adrían César, nacido en Haarlem, Países Bajos, y quien trajo la primera imprenta, a la Nueva España.
En palabras de Wilfred Mohr, embajador de los Países Bajos en México, agradeció la invitación, y compartió que su nación tenía un extenso programa con el cual participaba en esta edición de la Feria, y dio a conocer que Cornelio Adrían César vivió gran parte de su vida en Coyoacán, y agregó que los Países Bajos participarían este año en diversos eventos culturales de México, recordando así, que la amistad entre México y el país invitado a la FILCO, gozan de una amistad de casi 200 años, donde la cooperación, académica, cultural, comercial, y en derechos humanos, los hermana, al tener ambos una política feminista, los hermana para tener una gran presencia en diversos espacios en nuestro país.
En la Clausura, estuvo presente Rudolf Boitelaard, director de la fundación Ana María Van Schurman, quien agradeció a todos el apoyo recibido, pues el objetivo de crear comunidad con Coyoacán y hacer visible la presencia de la comunidad neerlandesa en México, se logró, y sintió que salieron fortalecidos de esta experiencia.
Vivimos la semana más intensa culturalmente, con las palabras de Hilda Trujillo, directora de cultura de Coyoacán, quien señaló que Coyoacán fue el espacio en el cual se reconoció el mestizaje, puesto que aquí vivió Hernán Cortés con Marina (La Malinche), y obligó al papa Clemente VII a reconocer a su hijo Martín Cortés, y esto es una gran diferencia con el mestizaje en todo el virreinato, pues ningún hijo fue reconocido, y en Chile, Argentina y Brasil, las comunidades originarias fueron aniquiladas. En cambio en Coyoacán, además, se reconoció el mestizaje. Con las palabras de Juan Carlos Rulfo, quien compartió que una feria del libro no sólo es un conjunto de stands, sino el ambiente, el ánimo de universos y autores y el vivir comunidad. Con las palabras de María Luisa León Portilla, la cual deseó que el público viera el video que realizó con la Universidad Iberoamericana dedicado a los Países Bajos, y agregó que existe un plan para abrir otro centro cultural en Francisco Sosa, Coyoacán con todo el trabajo de Don Miguel León Portilla y su esposa.
Nos queda la sensación de alegría, de vida, de esperanza de saber que este evento no sólo fue una fiesta dedicada a la cultura, sino también, una nueva puerta a más actividades que FILCO ofrecerá durante todo el año, para posicionar a Coyoacán a nivel mundial, generando en los habitantes, un orgullo mayor del que teníamos antes de este evento, porque nos hicieron recordar que la UNAM, la universidad más importante de América Latina, se encuentra en nuestra demarcación, así como el Centro Nacional de las Artes, la Universidad Autónoma Metropolitana, una sede del Instituto Politécnico Nacional, y grandes librerías.
Sí, vivir en Coyoacán, ser parte de la vida cultural, escribir estas líneas que usted lee en esta demarcación, para contagiarle esta dicha de ser coyoacanense, de ser parte de esta cultura, tras esta hermosa semana, resulta inspirador. Gracias Gerardo Valenzuela Nava, por haber hecho posible esta inigualable experiencia.
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