Por: Raúl Jiménez Lescas

Morelia, 11 de junio de 2023, aniversario de Jean Cousteau.

Lo reconozco con todas sus letras: No sabía quién era el tal Jean Cousteau, hasta que llegué a Los Cabos, Baja California, México, y mi primita adorada, le digo “Sayo” de cariño, porque su papá, o sea mi tío, así la apodó en honor a Sayonara, esa gran película del siglo pasado. Me dijo: Jean Cousteau, en perfecto francés, dice que acá está el “Acuario más grande del mundo”.

La primita fue la primera en aprender francés en Oaxaca, mientras que nosotros apenas hablábamos el español. Me sonrojé, pero no perdí la calma, no sabía a mi edad y, eso es imperdonable, quien fue Cousteau. Además iba con mis dos hijas y sobrino que estaban en éxtasis ante la belleza del océano. Para colmo de buenas: se dio el fenómeno de que baja la marea y el famoso “Arco” de Los Cabos deja ver y caminar la playa: de un lado, la playa del “amor” y del otro la del “divorcio”, así de fenomenal es, pues, valga la expresión, el fenómeno de los océanos.

Sí recuerdo que Silvio Rodríguez me lo dijo en su rola tan hermosa de ¿Quién fuera tu trovador? Corazón, corazón oscuro… ¿Quién fuera Jean Cousteau? Y, claro, ¿quién fuera Lennon y McCartney? Corazón herido, corazón en fuga… Pero lo reconozco, otra vez con todas las palabras, no investigué y sólo canté con Silvio: ¿Quién fuera Jean Cousteau? Pero aunque no vi nunca a Cousteau, vi que el Golfo de California o Mar de Cortés es el acuario del mundo.

Desde ahí redoblé mi amor por los océanos, por el agua, por la vida de los peces y mares. Sí no cuidamos el planeta, sí no amamos los océanos como Cousteau, estamos perdidos.
Le recomiendo a la juventud, pero también a los adultos (aunque ya no tenemos remedio), que vean los océanos con los ojos de Cousteau.

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.