Por Germán Méndez Lugo
(gemelu21@gmail.com)
Mazatlán, Sinaloa, 2 de octubre del 2023
El Capiro Teatro presentó Los Cabos bye bye en el Teatro “Antonio Haas” (del Instituto Mexicano del Seguro Social) el pasado 31 de agosto a las 19:00, con la actuación de Dunelí Bastidas, Gloria Manyula y Juan Martínez. La obra fue escrita y dirigida por el actor y dramaturgo culiacanense Ernesto Trejo, quien estudió literatura dramática y teatro en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y cuenta con una larga trayectoria como actor y director, ya que ha trabajado al lado de figuras como son Luis de Tavira, José Luis Ibáñez y Raúl Quintanilla, entre otros.
¿De qué va Los Cabos bye bye?
“La Magda” (Dunelí Bastidas) y “la Eli” (Gloria Manyula) son dos amigas que trabajan en la industria hotelera de Mazatlán; ellas ensayan una danza africana al lado de “El Rudy” (Juan Martínez), pues el empresario Pedro Demerich (personaje ausente físicamente) les ha prometido patrocinarles un viaje a Los Cabos para que representen su espectáculo dancístico.
La Magda observa a la Eli un tanto desconcentrada, como si algo le preocupara. Por fin, Magda le “saca la sopa” a Eli, quien confiesa que Demerich le ofreció el puesto de gerente de ventas en un hotel de Los Cabos a cambio de favores sexuales. En una escena subsecuente la Eli le narra a la Magda lo que le sucedió en el hotel: Demerich la llamó a su oficina y aprovechó para manosearla… Magda se indigna y asegura que cobrará la ofensa: elabora un plan con el que ambas amigas serán liquidadas con una suma cuantiosa de dinero.

No voy a revelar el final (con el propósito de que usted, amable lector o lectora, acuda a ver esta puesta en escena en cuanto tenga oportunidad y formule así su opinión). Sin embargo, emito aquí algunas observaciones e interrogantes derivadas de lo que observé durante la representación de esta obra:
El final
Ernesto Trejo, autor y director de Los Cabos bye bye, optó por un final feliz e inesperado: incluso uno de los personajes grita: Happy end! No juzgaré si se trata de un desenlace “chingón”, “flojo” o “incongruente”, pero me gustaría destacar que la respuesta de la mayoría del público fue de aplausos y exclamaciones.
Claro, tal aprobación no define si la conclusión propuesta por el dramaturgo y director Ernesto Trejo fue la solución ad hoc, la más perfecta o adecuada. Trejo pudo recurrir a un final sangriento, de moraleja, triste o melodramático, pero él es el autor de esta obra y seguro tiene sus razones estéticas y políticas para decidir por un final feliz e inesperado, pero…
¿Cuál es el mensaje final de la obra? ¿Colabora a entender el problema del acoso laboral y sexual? ¿Se genera un cambio en las personas para hacer algo, como romper el silencio?

La temática
Trata el hostigamiento laboral y sexual en México, una violencia tipificada como delito y que atenta contra la integridad física, psicológica y económica de las víctimas.
De acuerdo con Open Global Rights, el acoso “es una práctica generalizada en México” (El acoso sexual en el lugar de trabajo en México: en busca de reparaciones que transformen las relaciones de género | OpenGlobalRights). En nota publicada por El Economista se asegura que México está entre los países con mayor nivel de violencia sexual contra las trabajadoras (México, entre los países con mayor nivel de violencia sexual contra las trabajadoras: eleconomista.com.mx).
En entrevista para punto.mx Trejo compartió que el objetivo de Los Cabos bye bye “es generar visibilidad a problemáticas que ocurren cotidianamente en distintos ámbitos de la sociedad” (Obra teatral Los Cabos bye, bye tocará fibras sensibles sobre el acoso – Punto MX).
Atender esta problemática desde el teatro es una buena iniciativa, pero habría que cuestionarse si el dramaturgo y director logró su cometido.
El teatro puede abordar los problemas más sentidos por la sociedad, pero tal ejercicio no genera por sí mismo reflexión, conciencia o sensibilidad (que son los propósitos del teatro): que la obra genere reflexión y que el público se plantee nuevas interrogantes. Es más: que la gente quiera seguir hablando de la obra.
Siempre se correrá el riesgo de banalizar un tema, de reproducir prejuicios o estereotipos, de crear obras sentimentaloides u “cómicas” que denigren a las mujeres o a las minorías raciales o sexuales, por ejemplo; o de crear apologías del delito o al machismo para convertir una obra en algo de poca trascendencia, que simplemente reproduce la ideología dominante, sin proponer algo nuevo o cuestionar el problema.
¿Logró Ernesto Trejo visibilizar el acoso laboral y sexual? Quizá para responder a esta pregunta se tendría que recurrir a sondeos y entrevistas con el público al término de la obra; también sería interesante un diálogo entre el público y el grupo, donde éste escuche a los espectadores antes que darle explicaciones.
El género y los diálogos: ¿cómo hablan Magda y Eli?
“La comedia es un género que castiga, y con esta obra se castiga los vicios de un acosador de mucho dinero. El acoso laboral y sexual, en este caso en la esfera turística, se da en todos los ámbitos de la vida laboral”, expresó Ernesto Trejo en la entrevista para punto.mx,arriba referida.
Los Cabos bye bye es una comedia, por tanto, el humor es clave de principio a fin. La Magda y la Eli se expresan –como muchas mujeres trabajadoras sinaloenses– de una manera coloquial, “malhablada”, directa, norteña; es creíble que digan “güey”, “no mames”, “chilo”, “pendeja” y más. Se agradece el rescate del habla popular, de modismos y regionalismos sinaloenses, algunos en desuso.

La Perla del Pacífico
Destaca que la trama se desarrolle en lo local (Mazatlán), en el sector turístico, donde muchas veces las y los trabajadores carecen de las prestaciones laborales fundamentales: seguro social, vacaciones, aguinaldos, etcétera.
Los “semidesnudos”
En el cine, el teatro y la danza es frecuente escuchar o leer que ciertos desnudos no se justifican, que están sólo para complacer el morbo de los espectadores o para vender más. No creo que Ernesto Trejo –con su amplia experiencia como actor, director y dramaturgo– haya utilizado los semidesnudos (que no desnudos) con alguno de los propósitos anteriores. ¿Acaso lo hizo para provocar la mojigatería en ciertos sectores de la sociedad mazatleca? ¿Recurrió a los semidesnudos como una táctica creativa? ¿Ayudaron los semidesnudos a potenciar el mensaje o desviaron la atención del tema central que es el acoso laboral y sexual? ¿Coadyuvaron con el género, el tono de la obra y sobre todo con el mensaje que se quiso comunicar? Sería interesante preguntarles esto al director y las actrices, pero, ¿por qué a las actrices? ¿Acaso deben tener conciencia de los mensajes que transmiten con sus personajes?
Actuación y vestuario
Dunelí Bastidas expresa fuerza y naturalidad: voz, gestos y ademanes corresponden a una mujer sin inhibiciones y con mucha experiencia. Gloria Manyula actúa con libertad, proyección y fuerza, aunque de repente “pajarea” hacia el público; Juan Martínez crea su personaje afeminado acorde con la farsa y la comedia. Acerca de la indumentaria de cada uno, no hubo exageraciones o incongruencias.
Escenografía y luces
Una sala moderna y sencilla concuerda con la clase social de los personajes; las luces cálidas crean los ambientes adecuados en cada escena.
El público
La mayoría de los espectadores carcajeó y sus aplausos fueron sinceros para las actrices. Los comentarios que escuché de las señoras que se sentaron a mi lado (y que nunca dejaron de hablar) fueron en relación con los cuerpos de las actrices y actor, y ni uno solo sobre el acoso. En el vestíbulo me encontré con una compañera actriz, quien sin mayor preámbulo me dijo: “No me gustó la obra, entendí el tema, pero no cómo lo abordaron, quizá se trata del género”; también saludé a otra amiga, una amante del teatro que suele compartir sus críticas en redes sociales; ella me expresó: “No escribiré nada; no vale la pena, ni sus diálogos ni su propuesta”.
Conclusiones
El teatro es una experiencia humana que produce política; el teatro es una experiencia política y produce sensibilidades e ideas nuevas. El teatro está inmerso en las contradicciones de la sociedad y ante ellas define su posición, toma partido. Ahí, los espectadores, nosotros, vivimos nuestras propias experiencias y nuestras subjetividades adquieren sentido. Los espectadores somos un testimonio vivo, los que presenciamos las obras y emitimos juicios, tanto que hasta podríamos crear una red de espectadores, no para usar hachas o cuchillos, sino para promover el teatro (los que no van a ver las obras no pueden opinar, menos escribir críticas).
La trascendencia artística de una obra no se define por el tema ni por el género; no porque retomen hechos históricos o contemporáneos; no porque rescaten expresiones populares y regionalismos. La clave, deduzco dentro de mi subjetividad, está en el argumento, en la historia que se narra, en el cómo se narra y para qué.
En la “composición” que realiza el dramaturgo para narrar una historia están múltiples elementos: desde la psicología de los personajes hasta sus formas de hablar, vestir y caminar; El dramaturgo intentará enriquecer su historia recurriendo a la escenografía, los efectos especiales y las luces… Pero lo más importante será siempre el argumento y la manera o forma cómo es narrado. Qué nos cuenta, cómo la cuenta y para qué. Ahí se define su posición política ante la vida.
En esta yuxtaposición de elementos está la magia del teatro, la profundidad de sus contenidos. El teatro debe provocar reflexiones y sensibilidades, dar respuestas contundentes ante las injusticias o a cualquier atroz realidad que se viva en la sociedad.
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.
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Gracias por compartir este tipo de textos que enriquecen la menera en que percibimos y vivimos el teatro, así como los problemas que aquejan a la sociedad.
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👌🏽👍🏾😁 Saludos, Lucía Zapien
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Muy buena nota, se antoja ver la obra y la reseña es aunque amplia, muy precisa. Sería bueno que los circuitos dramáticos que impulsa el Estado la lleve a gira por el país -Morelia, por ejemplo.
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Muchas gracias, Fernando Barraza. Saludos y abrazos para ti.
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Gracias a esta reseña me dieron ganas de ver la obra , parece bastante interesante , gracias
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Muchas gracias, Fernanda Sarmiento, por tu comentario. Seguro pronto la podremos ver de nuevo. Saludos y abrazos para ti.
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