Por Estela González
Sinaloa,17 de noviembre del 2023

Hace un año recibí una invitación a un Encuentro de Escritoras Sinaloenses. Desde mi lugar en Vermont a 4536 kilómetros de distancia; disfrutando de escasas siete horas de débil luz solar e inmersa en el nórdico ambiente universitario donde genero el sustento para los dos hogares de mi familia, el whatsapp que me mandó Silvia Michel no hizo más que causarme una fuerte añoranza y frustración: me sería imposible interrumpir el semestre y subirme en tres aviones para asistir al segundo encuentro de Escritoras Sinaloenses, que se llevaría a cabo a fines de 2022. Pero el año que viene voy a pasar mi sabático allá, le dije. ¡Entonces cuentas conmigo!
Silvia me prometió invitarme, y así lo hizo. Y aquí estoy en Mazatlán en 2023, habiendo concluido el primero de tres días de un Encuentro que me abrió las puertas al mundo literario y a la sororidad porteña y pata salada de donde se rompen las olas.

La mañana empezó con saludos, presentaciones, mucho café y un abundante desayuno. Comentamos las magias que las mujeres tenemos que realizar para escribir sin una habitación propia, algunas con maridos e hijos que esperan que los “atendamos”, otras que se sienten afortunadas porque el marido “las ayuda” como si la responsabilidad del hogar fuera toda de ellas; otras que no cuentan con un ingreso propio que les permita, si se vuelve necesario, dejar a una pareja abusiva (pues no olvidemos que la habitación propia a la que se refiere Virginia Woolf requiere autonomía económica). Otras tenemos que ganarle al gallo y robarle horas al sueño para desarrollar nuestras ideas. Y la mayoría le hacemos frente a la ramplonería de algunos que se dicen filósofos y que en el siglo XXI se empeñan en repetir ideas decimonónicas sobre la mente femenina: hombres sin la curiosidad ni la complejidad intelectual para conocer nuestro trabajo. Ante todo, las Escritoras Sinaloenses y nuestros muchos aliados en la sociedad amplia nos dimos a la placentera tarea de compartir nuestros textos, poemas, historias y experiencias. Mujeres con una amplia gama de intereses literarios, de ámbitos urbanos y rurales; con un rango estético desde lo más sensible hasta la mayor irreverencia. Nos reunió el deseo de expresar nuestra verdad y descubrir nuevos lazos intelectuales y de amistad entre nosotras. Y a eso nos dedicamos el resto del día. Hubo quienes presentaron obras de cuestionamiento sexual, social y cultural. La gran Eve Gil nos contó que desde antes de terminar la carrera ya ganaba concursos contra los maestros que la habían querido humillar, y que ahora, mientras ella destaca, se refugian en un sano olvido.

Esta mañana, como casi todos los días, le gané al gallo para cuidar de mi salud y escribir. En cuanto envíe estas palabras a publicar me arreglaré para subirme a un camión que las escritoras sinaloenses llenaremos rumbo a La Noria, donde celebraremos la segunda de tres jornadas de Escritoras Sinaloenses con un delicioso desayuno, talleres, presentaciones y más sororidad. ¡Allá nos vemos! Y si no, ya será mañana en Mazatlán, en la última jornada de este Encuentro.

La escritora bilingüe Estela González es novelista, cuentista, ensayista y especialista en Augusto Monterroso. Es autora de las novelas Limonaria (en español) y Arribada (en inglés). Esta última recibió el premio a nueva novela LGBTQ+ Edmund White de Triangle Publishing, el Premio Internacional del Libro Latino en la categoría de novela de drama y aventuras, mención honorífica por libro de tema LGBT y finalista del premio Louise Meriwether de la editorial Feminist Press. Su cuentística aparece en revistas y antologías como Ariadna, Bajo el volcán, Barcelona Review, Best of Solstice, El Beisman Press, Feminine Rising, Flash Frontier, La Colmena, LatineLit, Latino Book Review, Luvina, Revista de Literatura Mexicana Contemporánea y Solstice Selects. Actualmente tiene prepara una novela histórica sobre Mazatlán titulada Machado.

Estela tiene Maestría en Creación Literaria y Doctorado en Literatura Latinoamericana. Reside en Mazatlán y en Vermont, Estados Unidos, donde enseña literatura latinoamericana y creación literaria en Middlebury College.