Por Julio César Zárate López
A 93 años de la tragedia de Notre Dame
• «Dime si en verdad me necesitas», preguntó Antonieta a Vasconcelos, y él respondió: “Ningún alma necesita de otra. Nadie, ni hombre ni mujer necesita más que a Dios: cada uno tiene comprometido su destino con el creador». Al día siguiente Antonieta se mató. Han pasado 93 años de ese suceso.
Antonieta Rivas Mercado nació en la Ciudad de México en 1900 y creció rodeada de arte, por lo que, con el paso del tiempo se convirtió en un personaje importante de la cultura mexicana. De hecho, con la herencia que recibió al morir su padre fundó la Sinfónica Nacional y el Teatro Ulises, solo por mencionar algunos proyectos.
La vida personal y sentimental de Rivas Mercado no fue tan afortunada como su vida profesional. Se casó a los 18 años con Albert Edward Blair, un inglés que era amigo de Francisco I. Madero, sin embargo, su relación no duró mucho.
Años más tarde, en 1927, conoció al pintor Manuel Rodríguez Lozano, quien no correspondió su amor. Ese mismo año también muere su padre. Dos años después, en 1929, conoció a José Vasconcelos, con quien sostuvo una relación sentimental y a quien apoyó durante su campaña electoral.
Luego del fracaso de la campaña vasconcelista, Antonieta viaja a París. Se dice que la última noche que Antonieta Rivas Mercado pasó con vida, se reunió con José Vasconcelos.
A la mañana siguiente, el 11 de febrero de 1931, a la edad de 30 años, la escritora mexicana se suicidó dentro de la Catedral de Notre Dame, en el extremo izquierdo de una banca y frente a una imagen de Jesús crucificado, con la pistola que Vasconcelos llevaba siempre consigo.
La mañana del 11 de febrero de 1931, Antonieta tomó la pistola que Vasconcelos guardaba en la habitación del hotel donde se hospedaba y la guardó en su bolsa.
Temprano los dos salieron. Antonieta debería de tomar el avión que la regresaría a México. Antonieta y Vasconcelos salieron del hotel y se dirigieron a un café, cercano a la catedral de Notre Dame, ambos pidieron un café, en tanto se los servían, Antonieta le dijo a Vasconcelos que iría a la catedral de Notra Dame.
Caminó unos metros y entró a la catedral, que estaba solitaria a esa hora, se arrodilló y de su bolsa sacó el arma y se disparó en el pecho. Vasconcelos nunca se imaginó que ese disparó que escuchó y retumbó en el interior de la catedral y llamó la atención de todo el mundo, marcaba la muerte de Antonieta Rivas Mercado.
La trágica noticia acaparó todos los diarios parisinos y en la catedral de Notre Dame se realizó una ceremonia especial para “limpiar” el recinto de este sacrilegio.
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