SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE

Este es un país muy raro. En estos días comprendo mejor lo de: «Spain is different», lema turístico de los años 60 del pasado siglo, que va más allá de su objetivo de hacer atractivo a este país «sui géneris», para encerrar una honda reflexión, que se debe ir desilvanando de aquella escueta frase, en principio pensada para promocionar a un país, intentando salir de una postración secular.

España comienza una absurda escalada de sexualización. Es decir, que comenzamos a medir la realidad de la vida en clave sexual. La nueva vara para encasillar a una persona, dejó de ser su nivel de comportamiento ético o moral. Tampoco se le otorga demasiada importancia a la preparación académica. El dinero, en cambio, sigue manteniendo su importancia tradicional, pero dejó atrás su finalidad familiar, cuando era algo vital para la educación de los hijos, o para poder irse de vacaciones en verano con los niños.

El sentido de la vida, en este tiempo, viene dado por el sexo, y por todo lo relacionado con lo sexual.
Por ejemplo, constatamos que se ha puesto muy de moda estar apuntado al gimnasio, y el gimnasio nos moldea corporalmente, y nos hace más atractivos sexualmente.

La meta de las parejas, que ya ni se llaman novios y, cada vez menos matrimonio, es estar juntos para mantener relaciones sexuales. En el momento que lo sexual pierde fuelle, se produce el cambio de compañero o de compañera, y vuelve a comenzar el proceso de sexualidad, pero cambiando de cuerpos, ya que el espíritu carece realmente de atractivo. Claro, debemos considerar, que no se folla con lo incorpóreo, sino con lo corpóreo, particularmente cobrando protagonismo los genitales.

Conocí a un varón, hace no mucho, que cambiaba de pareja, como se podría cambiar de coche, adquirido en la modalidad de «renting». Los lugares de alterne, el trabajo, los viajes… le servían como comercios, donde adquiría a sus parejas o a sus amantes. Me contó que se fue a conocer un lejano país, y, una vez allí, conoció a una mujer muy linda, con la que se encerró en la habitación del hotel, sin volver a salir de aquel recinto, hasta la mañana en la que debía partir su vuelo de retorno.

Otro día, mientras tomaba un café, dos chicas conversaban con naturalidad y desinhibición, sobre sus respectivas aventuras en el fin de semana: que si la tenía corta o de un tamaño normal, porque a ella le gustaba impresionarse con el tamaño, más bien grandecito. Que tuvo una relación muy frustrante, porque era bueno en la cama, pero tampoco era maravilloso, y que le pedía mucho cariño, cosa que ya no le gustaba tanto. Ella no quería problemas de nadie, que con los suyos tenía de sobra, y que el sexo le servía para relajarse los fines de semana, después de machacarse en el gimnasio toda la semana.

Existe un claro descenso de la natalidad, pero el sexo dejó de ser tabú, y ha pasado a ser algo natural, cotidiano, que da prestigio… cuanto más sexo mantienes, y más variado lo practicas, se te considera alguien de mayor éxito. Por tanto, se está produciendo una clara incongruencia: follamos más, pero tenemos menos hijos. Me lo explico por la eficacia de los nuevos métodos anticonceptivos, y porque estos se emplean en una sociedad muy deshumanizada, donde las personas nos hemos convertido en objetos de placer, y hemos renunciado a crecer en otros órdenes que no sean los de la erección, la voluminosidad de los pechos, y el orgasmo.

FRAN AUDIJE
Fotografía Facebook.
Madrid, España 13 de noviembre del 2024

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores. @UnidadParlamentariaEuropa


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Un comentario en “SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE

  1. Escribes de maravilla Fran, eres un genio de la prisa, un poco verde el relato pero cuánta verdad encierra. Asi es amigo, estamos en un mundo en el que los sentimientos no importa, importa mucho el tamaño, de los genitales del hombre. Pero leche a mí también me gustan las «figas estretas» y si no lo tengo me aguanto porque me importan más los sentimientos puros y nobles.

    Un abrazo, amigo

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