Por Jorge Yam

Herida abierta por los siglos de los siglos. Nos dice la Ana Mar en su poemario. En esta ocasión la poeta me traslada a los escenarios o experiencias personales que uno cree que ya olvidó o ya superó. Sin embargo, las sombras siguen ahí. No es tan fácil despojarte de un pasado, creo que no lo hacemos, solamente aprendemos a convivir con las sombras.
Al leer el poemario Los laberintos de la Sombra pienso en la poesía confesional, este estilo que surgió entre los años 1950 y 1960, y se asocia con poetas como Sylvia Plath, Anne Sexton, Robert Lowell, entre otros. Este tipo de poesía se relaciona de experiencias y sentimientos íntimos sobre la muerte, el trauma, la depresión y las relaciones, a menudo de forma autobiográfica.

Este poemario se divide en cuatro partes: El origen de la ilusión es el desaliento, En la pretensión del ser, Los laberintos de la sombra, En el vuelo del cuervo.
Por lo tanto, las consecuencias del sabor amargo de la vida aparecen como revelaciones para una cura existencial. Lo dicho, me recuerda la frase del filósofo francés, Sartre: “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros” y es así que la poeta a través de sus versos nos encamina a una Oscura certeza; título que lleva los siguientes versos, cito:
Mi cuerpo se ha secado/estoy curtida de sol flagelante/ de desolación/ El dolo se arrastra respira perdura. No quiero morir de ti/ ni de noche/ ni de silencio/ pero la oscuridad es larga/ y el mutismo se extiende ante mis ojos/ como gusano que se enrosca/ y me ahoga los oídos.
Aquí la oscuridad no es tan oscura como se le pinta, válgame la redundancia. Ya lo decía Carl Jung, donde se puede decir que la autora adopta sus teorías sobre el arquetipo de la sombra.
El psicólogo suizo, desde el psicoanálisis construye una base para albergar un potencial significativo para la energía psíquica y la creatividad, esencial para nuestra evolución personal. Como lo menciona en su obra La sombra. También es importante mencionar que este libro tiene una intención, que es de acompañar, ser cómplice de este camino sombrío. Como afirma Carl Jung, cito: “Ver la sombra de manera saludable en nuestras vidas”.
Utilizando herramientas como la interpretación de sueños y la expresión creativa, así como la valentía para confrontar nuestros aspectos más oscuros, se promueve un camino hacia una mayor coherencia psicológica y espiritual. En palabras de la poeta quedaría de la siguiente manera: La tierra soy yo/ la ciudad soy yo/ la casa soy yo/ la fuente soy yo/ mis padres son yo/ mis hijos son yo/ Lo corrompible soy yo/ De sombra el espejo revela mi rostro.
Por otra parte, podemos apreciar que la autora es una lectora inteligente que ha consolidado su voz en este libro.
En cuanto al lenguaje poético, puedo decir que es un leguaje cuidadoso y preciso. A pesar de un yo lirico, las imágenes está bien logradas y sobre todo legibles. Como sugerencia leer un poema y descansar, ya que su ritmo está cargado de una vitalidad oscura. Aquí un ejemplo de como por medio de la sombra uno puede florecer; leo el poema El fruto:
Dentro esta tierra/ se guarda la furia o el amor/ nadie lo ve/ hasta que la semilla revienta/ puede ser ortiga/ cactus/ o flor/ pero la lluvia siempre logra apaciguarme/ extingue el fuego/ me hace florecer.
Ana Mar Moreno, poeta originaria de Raudales Malpaso, Chiapas, radicada en Quintana Ros también es una promotora cultural incansable. Ha promovido la literatura de Quintana Roo por sus propios méritos, se le agradece mil veces, se le agradece por su gran labor literaria. Sinceramente es admirable.
Seguramente este libro ya es parte del librero de las letras quintanarroenses.
Larga vida a los versos de la poeta. Que estos versos hechos con tinta de sombra terminen por abrir puertas. Pues como lo afirma Carl Jung:
No hay llegada a la conciencia sin dolor

Texto de presentación del libro Los laberintos de la Sombra de Ana Mar Moreno en el Café Nader (de la avenida Nader), el 18 de abril de 2025, en Cancún, Quintana Roo.

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