EL EGÓDROMO PARTE XX

Por Luis Mac Gregor Arroyo

hoyoblanco.com.mx

El profeta cuerdo: Pasó por ahí tras estar un buen rato sentado con su toga, color caqui claro, a un lado de la ladera. Donde los curiosos e inquirientes se le acercaban. Ellos lo veían a él para inspirarse y recordar que la vida era ascética. Frente a los pensamientos de los demás, él sólo se mantenía sereno, atendiendo con parsimonia. Las leyes de la vida debían ser respetadas. El comensal trató de leer lo que pensaba sin lograrlo <<…si es un profeta real, respetará lo verdadero>>. El hombre delgado sabía que la verdad requiere de la confianza de conocer el origen y el absoluto, aquel que no puede ser doblegado. El costo… arriesgar la vida al hablar, con la seguridad de no correr peligro. Sabía bastante bien que se podía terminar divagando en la búsqueda, algo nada halagüeño. La energía cósmica estaba ahí, rebosante. Sólo no había que flaquear.


Descubre más desde REVISTA UNIDAD PARLAMENTARIA

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario