EL EGÓDROMO PARTE XLII

Por Luis Mac Gregor Arroyo

Fotografía de Khusen Rustamov en pixabay.com

hoyoblanco.com.mx

La Ley: Donde pone los ojos pega la bala. Esa joven adulta de cuerpo no tan flaco y curvas interesantes, suele tener dos que tres; pero aún así le da espacio en su corazón para mostrar dónde está éste y ayudar. Cuando se enoja no hay hombre que pueda permanecer vivo frente a ella. Más cuando está calma es toda comprensión y sensatez. Con amor grande anda por cerros y caminos de matorrales. Cual Pancho Villa derrota a los malos para darle a los pobres. Con su equipo y dos cuatreras profesionales (la callada Soylema y la Tía Nice: sirena de belleza seductora) conquista a propios y extraños mientras lucha por encontrar la verdad más allá de los límites del horizonte. Ahí van montadas en sus caballos tratando de guarecerse antes de que se ponga el Sol. El comensal sólo piensa: “Espero que no haga leyes. Porque una vez establecidas ni cómo quitarlas; luego hasta hay insultos”. La vida sigue mientras esa mujer interesante con su gancho izquierdo atrapa amores, y con sus asociadas recorre el mundo en busca de cariño. Las tres, de paso, desfloran unos cuantos varones, para después dejárlos huérfanos de querer.  “¿Qué se puede hacer?”, considera, “si no dan el ancho, que se den por atendidos”. El comensal se le queda viendo a la Tía Nice: “Pues está nice ha de dar nice y es de esperar que se cuide nice”.


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