ELEDUBINA BECERRIL RODRÍGUEZ
Caminando por la plancha del Zócalo (Ciudad de México), voy recordando el nombre mágico y sencillo de mi país y me enfrasco en la reflexión :
_Cuando los filósofos griegos idearon los términos de ‘DEMOCRACIA’ y ‘REPÚBLICA’, como base y sustento de toda una teoría para gobernar, siempre tomaron en cuenta que la población crecía geométricamente y además las amplias posibilidades del pensamiento de cada habitante. Aunado a esto: las condiciones de vida, que en esa época, tenían otras características, sin embargo las básicas no han cambiado : salud, educación, salario, derecho a la vivienda y a la libre expresión, etc. Razones de peso con miras a prolongar la esperanza de vida, productiva, digna y acorde al ámbito en que se vivía.
Históricamente hubo muchos intentos por establecer el control politico y el orden social llegando a un cierto tipo de unidad dentro de la variabilidad por pais o territorio. Y dentro de los varios intentos hubo un arquetipo llamado Monarquía, (encabezada por un rey, zar o monarca único, donde se concentra todo el poder). El sistema monárquico, aun no se ha desterrado del todo, del planeta, y en algunos casos ha implementado el tener un primer ministro o presidente que asume todas las obligatoriedades de la República, pero sin desaparecer totalmente, como en el caso de España o Inglaterra.
En este tenor, tenemos el caso de México, que tuvo esos principios de Monarquía antes del «descubrimiento» o encuentro de los dos mundos ( por Cristóbal Colón en 1492) y la posterior conquista de Hernán Cortés ( a partir de 1519).
La «monarquía» náhuatl o mexica, en los territorios o señorita mesoamericanos recaía en la figura patriarcal de un tlatoani ( gobernante o Gran Orador), que posteriormente fue sustituido gradualmente bajo la regencia de la corona española.
Durante casi 3 siglos estuvieron a cargo los Virreyes, figuras administrativas con la responsabilidad de gobernar como autoridades representativas del monarca español en turno.
De 1810 a 1821 se lleva a cabo el proceso y la lucha por la independencia, que culminan con la proclamación de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos (4 de Octubre de 1824) y la llegada a la Presidencia de la República del General Guadalupe Victoria.
A través del modelo republicano Democrático, totalmente desligado y sin concesiones a la monarquía española, México avanzó con características políticas, sociales y económicas muy bien establecidas; al abrigo de una Constitución perfectamente definida que aboga por las garantías individuales y propone una forma de vida pública que da énfasis a la libertad y el progreso de los ciudadanos.
Los giros que ha tenido la política en nuestro país, han demostrado como es que en la práctica las vías democráticas son realmente posibles, al tener permitido el libre acceso a la información y la libertad de reunión pacífica con fines políticos y sociales. Nuestro país ha abolido para beneficio de su población toda clase de esclavitud y enarbolando esa bandera de libertad ha tenido y reunido las condiciones para observar el ejercicio democrático.
El verdadero giro de la democracia en México se ha ido cumplimentando al darnos acceso a la, alternancia del poder que colocó administraciones en la titularidad del Ejecutivo Nacional ( Presidencia) de partidos políticos que no eran del principal y mayor que aglutinaba a un gran porcentaje de electores.
En 1929 , el ex presidente Plutarco Elías Calles funda el emblemático PNR (Partido Nacional Revolucionario) que deriva en el PRI (Partido Revolucionario Institucional), que gobernó durante 70 años (1930-2000), en algo que el escritor Mario Vargas Llosa llamó «la dictadura perfecta, por la permanencia, no de un hombre, sino de un partido» ( 1990).
A partir del año 2000, y hasta el 2012, se visualiza concretamente la alternancia en el poder, al darle paso a dos administraciones consecutivas del PAN (Partido Acción Nacional) a cargo de Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa, suceso que marca y propicia otra transformación inédita para el país.
De 2012 a 2018 el PRI nuevamente se hace del poder, después de elecciones controvertidas y con tremendas dudas para la ciudadanía, esto en efecto se venía arrastrando desde 1988 en el que se acusó al PRI de un fraude electoral en perjuicio de la Corriente Democrática que el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas representaba como candidato.
La lucha por el avance democrático de la izquierda, se ve cristalizada en el año 2018, cuando rotunda y contundentemente, se declara ganador al representante de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, quien después de 3 intentos llega por fin a la Presidencia para sentar las bases de la llamada 4a. Transformación.
México, el país de las transformaciones, abierto siempre al cambio, renovado, respetuoso de las garantías individuales, con conciencia social, con libertades irrestrictas e incondicionales, es a partir de ese momento visto como la nación que afianza y cree en la democracia poniendo su fe y su esperanza precisamente en el candidato que tuvo como slogan de campaña esa frase precisamente » La esperanza de México».
Publicado originalmente en el número 15 de la revista Unidad Parlamentaria, 05/Junio/2020.
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Un comentario en “MÉXICO, (EL) DE LAS TRANSFORMACIONES”