EL EGÓDROMO PARTE XIII

Por Luis Mac Gregor Arroyo

hoyoblanco.com.mx

La mordazmente apetitosa: Mujer que, como la mancha voraz, luce vestida para volver los sueños realidad tras vivirla para morir. Mujer de cuerpo torneado, cintura y glúteos exquisitos, de curvatura adictiva y que succiona. Esa mujer no se detiene ante nada más que en quitar y disfrutar al grado de un cinismo y sarcasmo universal. Consciente de su maldad, ésta la da a notar con su esencia en quienes se encuentran cerca de ella: es amarga, malévola, sin vida, como si fuera petróleo amargo. El comensal la ve y con trabajos puede retirar la mirada; pero lo consigue justo antes de pararse e ir a cruzar palabra con ella <<esa mujer es la muerte misma>>, piensa. La mujer se aleja, pero, así como atrae con los solos gestos, de su rostro expele a todo aquel quien se le quiere acercar y cuando alguien se atreve a fijarse en sus curvas, aparece muerto en poco tiempo, vuelto desalmado, muerto por la visión, el deseo y la ceguera. Rara vez alguien sale con su dignidad por delante tras tratarla.


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