“Ochenta y siete años ha, que nuestros padres crearon en este continente una nueva nación, concebida bajo el signo de la libertad y consagrada al principio de que todos los hombres nacen iguales. Estamos ahora envueltos en una vasta guerra civil que pone a prueba la idea de que esa nación, o cualquier otra así concebida y consagrada, pueda por largo tiempo subsistir. Nos hemos reunido en la escena de una de las grandes batallas de esa guerra. Hemos acudido para dedicar parte del campo de batalla a que sirva de última morada de quiénes dieron sus vidas para que la nación viviese. Es enteramente justo y propio que obremos de este modo. Con todo, a decir verdad, mal podríamos dedicar, ni consagrar, ni glorificar este campo. Los valientes, vivos aun o muertos ya, que aquí combatieron, lo han consagrado muy por encima de nuestros escasos poderes . El mundo apenas si advertirá o recordará lo que aquí se diga, mas no podrá olvidar jamás lo que aquí hicieron aquellos. A los vivos nos corresponde, ante todo, dedicarnos a completar la obra que tan noblemente adelantaron los que aquí combatieron. Más bien, nos corresponde a nosotros dedicamos a la ingente tarea que nos aguarda: que esos muertos venerados inspiren en nosotros una mayor devoción a la causa por la cual dieron ellos la postrera suma de su fe que aqui solemnemente proclamemos que estos muertos no han muerto en vano; que esta nación, bajo la guía de Dios, vea renacer la libertad, y que : El Gobierno del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo no desaparezca de la faz de la tierra.”
[ ] El 19 de noviembre 1863.,hace hoy exactamente 159 años tan acertadas palabras fueron pronunciadas por el entonces presidente de los Estados Unidos de Norte América, Abrahan Lincoln instando a todos los estadounidenses a continuar «la labor inacabada en la que han avanzado quienes tan noblemente habían combatido». Sin embargo, esa labor hoy, pasado un siglo y medio y pesar de las múltiples legislación sobre derechos civiles, de las intervenciones judiciales y del activismo social -a pesar de la sentencia en el litigio de Brown contra la Junta de Educación, de la cruzada del «tengo un sueño» de Martin Luther King y de la Ley de Derechos Civiles de 1964- no puede decirse que la guerra civil hubiese acabado de verdad, no hasta que la mayoría blanca de Estados Unidos termine de asimilar que son una nación plurietnica y que el futuro y supervivencia de los Estados Unidos de Norte América está íntimamente ligado a la supresión de la supremacía WASP, siglas en inglés de blanco, anglosajón y protestante (White Anglo-Saxon Protestant) sobre el resto de su ciudadanos.
UP es un esfuerzo editorial de todos, una visión del mundo que nos lleva a preguntarnos más que a afirmar. Es darle opción a diferentes voces que vienen de cualquier parte del mundo.
Nuestro propósito es mostrar una realidad que frente a nuestros ojos ocurre y no tiene trascendencia en los grandes medios, un parlamento ciudadano en el que se toman decisiones a partir de la constante visión de nuestros problemas, sin dejarse llevar por fanatismos o miradas extremas.
Ver todas las entradas de Unidad Parlamentaria