Por Mario Rey

El cambio en Colombia no es un asunto de idologías ni partidos, ni de extrema derecha o izquierda, ni de simpatías o antipatías, es, simplemente, un asunto de vida o muerte, y entre la vida y la muerte no hay centro posible… En las urnas, en paz, con amor, ilusionados, demostraremos que estamos hartos de la violencia, la corrupción, la ineficiencia, la injusticia y la desigualdad social, que estamos hartos de falsos positivos, que estamos hartos de magnicidios, que estamos hartos de asesinatos de líderes sociales y masacres: desde ya estamos constuyendo una Nueva Colombia, el domingo daremos un gran paso y con el nuevo gobierno daremos muchos más.

Llevamos décadas de asesinatos de líderes sociales, masacres, falsos positivos, 70 mil desplazados internos en 2022 según la ONU; algo parecido a la época de las dictaduras militares en la zona y esperamos que esto termine con un nuevo gobierno. El cambio en Colombia es una cosa de vida o muerte, no de idelogías ni posturas geopolíticas «izquierda, centro o derecha», reitero, por más que así lo reflejen los medios.

En la capital de México, nosotros los colombianos podremos votar en el Hotel María Isabel Sheraton el sábado 28 y domingo 29 de mayo. El padrón es de 8 mil residentes dados de alta. Asimismo, en los consulados de Colombia en Monterrey, Guadalajara, Cancún, Mérida y Villahermosa. El Comité del «Pacto Histórico», la amplia Coalición surgida de «Colombia Humana», el partido de Petro, invitó observadores a Colombia, entre ellos a Porfirio Muñoz Ledo, Cristian Rodríguez de la Francia Insumisa y Leo Gabriel de Izquierda Verde de Austria.