Por Juan Pérez Medina
Morelia, Michoacán, 8 de marzo del 2025

Ha llegado un bono de cinco mil pesos o un poco más a los trabajadores administrativos del Colegio de Bachilleres.

A pesar de que es un bono que corresponde a todos por igual, no todos han podido cobrarlo, pues la condición del director general ha sido la de pagar sólo a aquellos que no hayan demandado a la Institución y también a los que se desistan. Invitación que se ha planteado a aquellos que se atrevieron a demandar las prestaciones que desde la llegada del actual gobierno se les han negado.

Es evidente que los que se han mantenido hasta hoy como demandantes, también se mantienen sin recibir el bono. A estos últimos les han quedado claro dos cosas: que la dignidad no vale un bono de cinco mil pesos y que su demanda de llegar a proceder -como creo que ocurrirá-, significará muchísimo más que cinco mil pesos, si es que no los corren antes, cual parece ser la pretención.

Aquellos que ni siquiera se atrevieron en su momento a demandar haciendo uso legal de su derecho, han recibido el pago con alegría pues, sí en su momento no se atrevieron a demandar sus derechos conquistados que la autoridad les arrebató, menos se mostraron solidarios con sus compañeros demandantes que defendiéndolos, incluso a ellos, se negaron a cobrar para así mantener su demanda vigente.

Pero hay otros que, al mirar sus cinco mil pesos, han ido ante la autoridad a mostrar su desistimiento, renunciando con ello a su derecho y lastimando al colectivo que se atrevió a defender por vía jurídica lo que les corresponde al abandonar a sus compañeros. Cómo en los tiempos de Judas, han recibido, seguramente con amargura, las monedas que el patrón les ha lanzado al piso.

Los que se han resistido, lo han hecho con determinación y tozudez; pues no ha sido sólo el gancho del bono ya devengado y que no debiera tener condición alguna para ser cobrado cual dice la ley, si no que, además, se les ha amenazado conque si no cobran al terminar este mes, los cinco mil pesos se regresarán a oficinas centrales y ya no se podrán pagar perdiendo con ello dicho bono.

Pero no ha sido esto lo único, también han sido sometidos a una campaña de aislamiento y linchamiento por parte de las autoridades y de algunos de sus propios compañeros por no aceptar retirar dicha demanda, señalándolos como rijosos y problemáticos.

Parafraseando a la derecha electorera (PRIAN) de 2012, cuando decían que “AMLO era un peligro para México”, estos trabajadores lo son también para las autoridades del Colegio de Bachilleres, según ellos.

A veces la razón es suficiente para arreglar las cosas, pero en otros momentos hay que sumarle la unidad y es mejor contar con ella siempre, como en estos momentos.

La autoridad, abusando de su poder administrativo, formal y real, está llevando a acabo una vergonzosa tarea, que tiene como objetivo desmembrar cualquier atisbo de crítica en su contra, dividiendo a los trabajadores, dispersando su fuerza para imponer sus condiciones, entre ellas lograr que las demandas sean retiradas.

Si las autoridades laborales que atienden el asunto fallaran a favor de los demandantes, la autoridad ha mencionado que se vendría la catástrofe económica de la Institución y con ello, su quiebre y cierre definitivo.

En el fondo de todo este asunto se encuentra la determinación de no llegar al meollo del problema que ha mermado las finanzas del Colegio de Bachilleres y que es del conocimiento general: la corrupción producto de componendas entre las autoridades anteriores y un grupo sindical que les fue siempre leal a cambio de participar de la bacanal.

Prefieren castigar a todos los trabajadores que hacer justicia. No son rasgos de la izquierda atentar contra los trabajadores que son su esencia. Un gobierno progresista de izquierda no puede basar su estabilidad y desarrollo en el detrimento de sus trabajadores. Es una pena. Pero deberían saberlo las autoridades -que hoy usan vergonzosa y descaradamente un bono como moneda de cambio- que la historia pone a cada quien en su lugar. Y este caso no será la excepción. Tiempo al tiempo.

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